“Con las quimios anduve muy bien, no se me cayó el pelo y no tuve tantas complicaciones” dice Claudio Collado
LIMACHE.- En junio del año pasado a Claudio Collado Donoso, de 44 años, comenzó a dolerle el abdomen de manera insistente, por lo que decidió ir al médico. Fue, le recetaron antiespasmódicos y volvió a casa, pero los dolores no cesaron. Días más tarde volvió al médico, que le recetó otro remedio, y este tampoco surgió efecto.
Aburrido con el malestar, Claudio fue a una clínica en la Ciudad Jardín donde un tercer doctor le volvió a decir que eran cólicos. Pero esta vez Claudio no le creyó al doctor y pidió la opinión del médico jefe, pues sentía que su problema era más complejo.
Cuando llegó el facultativo, decidió hacerle algunos exámenes rutinarios, que salieron bien, así que nuevamente salió con una receta para el dolor, el cual cesó por algunos días, pero días más tarde volvió con más intensidad.
“Yo estaba convencido de que era algo más, porque el dolor me volvió más fuerte, así que fui a un centro especialista y le conté a la doctora que me atendió. Me hizo un scanner altiro y a la hora y media me dijo que era un cáncer, eso fue el 9 de agosto del año pasado”, recuerda.
Con ánimo imperturbable, Claudio se hospitalizó ese mismo día para operarse. “Incluso la doctora quedó media ‘plop’ porque no esperaba verme tan descomplicado, de hecho cuando me dio la noticia no pensé en que me estaba tirando al cajón o que me iba a morir, pensé que era como un resfrío y que tenía que tratarme no más”, asegura.
De este modo, Claudio fue operado en la Clínica Reñaca el 11 de agosto, hace un año exacto.
“Tenía un tumor de 2,5 centímetros en etapa 3 y me extirparon 40 centímetros de colon. De ahí me mandaron al oncólogo que me programó una quimioterapia a partir del 20 de septiembre y hasta el 28 de febrero de este año y en marzo me hicieron un nuevo examen que determinó que ya no tenía cáncer”, recuerda.
Aparte de perder algo de sensibilidad en manos y pies de manera permanente -producto de la quimioterapia- hoy Claudio se encuentra muy bien. “Creo que la historia tuvo un final muy feliz, me siento un ganador. Cuando se supo de la enfermedad algunos cercanos se angustiaron mucho, pero yo les levantaba el ánimo, porque es una enfermedad más, no es una sentencia de muerte, incluso con las quimios anduve muy bien, no se me cayó el pelo y no tuve tantas complicaciones”, recuerda.
A un año de su diagnóstico Claudio reflexiona en torno a lo que aprendió de la enfermedad: “Una parte primordial para recuperarse es el estado de ánimo, yo me tomaba las cosas con el mismo ánimo de siempre y nunca me eché a morir. Pero también aprendí que nada es tan importante, porque yo antes quería hacer las cosas a la perfección y hoy solo busco ser feliz, independientemente de los resultados en la pega o en otros ámbitos”, concluye este hombre que salió victorioso de la batalla contra la enfermedad.
