Aunque tuvo que luchar contra la resistencia, María Pía Llantén demostró que la mujer también puede asumir roles históricamente asociados a lo masculino
LIMACHE.- Uno de los sueños de vida de María Pía Llantén Acevedo, era poder trabajar en su profesión, donde predominan los hombres.
Es que si bien esta joven de 27 años estudió matricería en la sede Quilpué de la Universidad Federico Santa María, no había podido encontrar un trabajo en esa área. “Yo trabajaba en una oficina, pero no me gustaba y entonces salió la posibilidad de postular a un trabajo como matricera en una empresa que elabora materiales eléctricos en Santiago, así que mandé mi curriculum”, recuerda.
Como la respuesta que esperaba no llegaba, María Pía decidió tomar la delantera y llamar ella para conocer el resultado de su postulación, incluso para saber -en el caso de un rechazo- el motivo de este.
“Nunca había habido una mujer matricera en esa empresa y la niña de recursos humanos me dice ‘te quiero ofrecerotro puesto donde me interesa tener a una mujer’ y me ofreció ser cambiadora de moldes en máquina inyectora”, cuenta.
Cuando llegó a asumir su nuevo cargo, María Pía se enteró que en el ofrecimiento había un trasfondo y que no era otro que instalarla en un puesto que básicamente era un reducto masculino. “Me topé con la sorpresa que eso era por la campaña ‘He forShe’ (‘Él por ella’), que es patrocinada por la Organización de Naciones Unidas y donde la empresa, que está presente en varios países, estaba participando”, explica.
Fue de esa manera que a mediados del 2015 María Pía llegó a ser rostro de la campaña de la organización en Chile, para lo cual debió colaborar con la campaña publicitaria y asistir a algunas capacitaciones.
“Se trataba de dar a conocer la igualdad de género, aunque en las capacitaciones yo no aprendí mucho, porque yo tenía muy claro los objetivos de la campaña, eran otras personas las que iban a aprender y a mi me capacitaron para hacer llegar el mensaje de manera más clara y directa a los asistentes”, explica.
A pesar de ser rostro de la campaña, María Pía asegura que sufrió ‘mobbing’, que es la versión laboral del bullying escolar. “Fue difícil, me cambié de turno por eso, para los jefes de turno era incómodo tenerme allí, ellos estaban acostumbrados a trabajar con su gente, sus colegas, y que llegara alguien de afuera, mujer y más encima con estudios, era demasiado. Yo creo que tal vez los intimidé, además yo tengo personalidad fuerte y no me dejaba pisotear y ese puesto tiene un rango especial en la empresa”, asevera.
A pesar de todo María Pía se esforzó por salir adelante, sin embargo el destino jugó en su contra y un accidente terminó provocándole un cuadro de stress que concluyó con su permanencia en la empresa en marzo de 2016.
Con todo, el hecho de haber participado en la campaña le implicó una fama dentro de las empresas donde su rostro comenzó a hacerse familiar, “la gente, especialmente las mujeres, me reconocían, además yo aparecía con mi ropa de trabajo, un poco cochinita, y yo veía que ellas se enorgullecían de ver que otra mujer hiciera el trabajo de un hombre”, aclara.
“Mi punto de vista es que si yo quiero hacer algo, lo voy a hacer bien porque yo quiero hacerlo, no para demostrarle algo a los demás, entonces la capacidad está en uno. Yo quería trabajar en eso porque yo estudié para eso, entonces era desarrollarme profesionalmente en lo que yo amaba. Ser rostro de esa campaña fue un buen desafío, sentí que era lo que yo quería en ese momento, creo que fui un aporte, porque demostré que sí podía y aparte logré que gente que mirabaa las mujeres en menos se diera cuenta de que somos capaces”, reflexiona.