Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Estos hechos son los que tienen a Chile sometido a la inseguridad. Defender al ladrón en vez de defender a la víctima. La crisis se profundiza.
Revisemos el caso. Un ciudadano de Villa Alemana está en su casa, en la madrugada del 1 de enero de este año. Está junto a su esposa y nietos. De pronto ve a un hombre adentro de su casa, con clara intención de robar. El delincuente no se cayó adentró de la casa, sino que escaló un muro y entró al domicilio. En ese momento, el jefe de hogar decide defender a los suyos del ladrón. Saca su arma semiautomática y le dispara para enfrentarlo, pero el ladrón corre y trata de saltar un muro. Le vuelve a disparar cuatro veces más. El ladrón cae al suelo herido y después muere.
El dueño de casa actuó en defensa propia. Usó un arma debidamente inscrita, por lo tanto, es un arma que tiene en su casa para defenderse de un posible ataque. Por eso, cuando ingresa el ladrón a las tres de la madrugada y él se defiende, actúa en consecuencia. ¿Alguien sabe, cuando se tiene a un ladrón adentro de la casa, si se le dispara una, tres o cinco veces? ¿Alguien puede pedir calma y prudencia con un delincuente enfrentando a toda la familia? ¿Alguien puede determinar lo que una persona siente cuando ingresan a su casa sin importarles que haya gente adentro?
El fiscal aseguró que no se trataba de un “robo en lugar habitado”, sino de un “homicidio simple”. Es más, está solicitando la pena de 15 años de presidio mayor, para el dueño de casa. ¿Está defendiendo los derechos humanos del ladrón? ¿Alguna vez ese fiscal ha tenido en la madrugada un ladrón al frente al interior de su casa? ¿Para qué cree el fiscal que el vecino tenía un arma inscrita en su casa?
Basta ya de seguir protegiendo a los victimarios y dejando en el abandono legal a las víctimas. Hay que detener la inseguridad ciudadana que sigue creciendo. Por eso la gente compra armas para defenderse. Por eso la gente desconfía de la justicia. Por eso cualquier ladrón se atreve a saltar los muros y entrar a una casa habitada para robar y hasta matar, como ha ocurrido en tantos casos. Por eso estamos viviendo esta confusión de llegar a creer que la víctima es victimario.
¿Tendría que haber dejado que el ladrón le robara, que maltratara a su familia, que invadiera su casa, que les cambiara la tranquilidad en que estaban el día de Año Nuevo por la indignación y la rabia de sentirse atacados injustamente?
No les demos más espacio a los delincuentes. Ya vemos cómo las bandas narcos tienen ocupados tantos barrios de nuestras ciudades. Ya vemos cómo los tribunales dejan en libertad a tantos delincuentes, por las razones que sean, pero quedan en libertad.
Hay que frenar que el mundo siga al revés. Las víctimas son víctimas de los abusos de los delincuentes. Actuar en defensa propia es una de las formas de enfrentar a los ladrones.
Esperemos que el fiscal y el tribunal cambien de opinión. No se le puede exigir calma a una persona que está siendo violentada al interior de su propio hogar.
No se confundan: lo que realmente pasó es un robo en lugar habitado. El ladrón buscó una casa para robar. El dueño de casa no buscó a ese ladrón para dispararle.
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