El trabajo de las juntas de vecinos más el apoyo de privados y autoridades hace posible esta noble iniciativa
QUILLOTA.- Desde octubre del año pasado, la inestable situación económica del país ha hecho tambalear a diversas empresas. Los despidos han ido en aumento, sobre todo con el inicio de la crisis sanitaria, por lo que familias completas han quedado sin sustento. Afortunadamente, existen vecinos que trabajan arduamente para evitar que uno de los suyos se quede sin un plato de comida, sobre todo en estos difíciles momentos.
Por lo mismo, la Población Antumapu y el sector Cerro Mayaca Alto están dando un enorme ejemplo de nobleza y solidaridad. Cada día, cientos de personas llegan a retirar un almuerzo, sin costo alguno, con una sonrisa bajo sus mascarillas. Y el valor de esta acción radica en que son los mismos vecinos quienes entregan su tiempo con el fin de atender las necesidades de los demás.
“ANTUMAPU TIENE LA CAMISETA PUESTA”
Hace cinco años, durante las vacaciones de invierno, comenzó a funcionar el comedor solidario de la Villa Antumapu. La idea era que ningún adulto mayor se quedara sin un plato caliente. Con el paso del tiempo, la exitosa iniciativa se implementó también durante el verano y, en virtud de la pandemia, desde la primera semana de abril se reactivó para seguir apoyando ya no solo a los residentes de la población, sino también a los vecinos de la “Ríos de Chile”.
Yessica Montenegro Fuentes, presidenta de la Junta de Vecinos Antumapu 6, es una de las pioneras en este desinteresado trabajo y cree que continuará realizándolo hasta que sea necesario. “La idea era hacerlo durante un mes, hasta la primera semana de mayo, pero si la gente lo necesita, vamos a seguir. Tenemos el apoyo de la Municipalidad que nos aporta la carne, útiles de aseo y gas”, explica la dirigente, quien también valoró el aporte de otras autoridades, como el diputado Luis Pardo, el consejero regional Cristian Mella y los concejales Roberto Vergara, Marco Vergara y Mauricio Ávila.
Según Yessica, “la Antumapu tiene la camiseta puesta”, pues han realizado un trabajo titánico. “Empezamos con 152 colaciones al día y hoy estamos entregando 338. En la primera semana trabajamos cuatro días y repartimos 949 colaciones. En la segunda llegamos a las mil 330 y la semana pasada, hasta el miércoles, llevábamos 338”, agrega, destacando el trabajo que realizan apenas ocho voluntarias, entre las que ella se cuenta.
22 AÑOS DE TRABAJO SOLIDARIO
En el sector Cerro Mayaca Alto se vive una situación similar aunque desde hace mucho más tiempo, ya que en 1998 y bajo la presidencia en la junta de vecinos del actual concejal Ramón Balbontín, se comenzó a trabajar en el comedor solidario de ese barrio, iniciativa que se mantiene hasta el día de hoy y que entrega diariamente 100 almuerzos a niños y adultos mayores vulnerables.
Nalda Rodríguez, actual presidenta de este territorio, cuenta que en el periodo de vacaciones, tanto en invierno como en verano, se entrega incluso ensalada y postre, pero en medio de esta emergencia han decidido enfocarse en el plato principal. “Vienen muchos adultos mayores y también niños, cien personas todos los días. Solo a un par de adultos mayores que están enfermos le vamos a dejar la comida a la casa, todos los demás vienen a buscarla”, señala agregando que todo el trabajo lo hacen muy pocas personas. “Tenemos dos manipuladoras de alimentos, Adriana Olivares y Margarita Correa, además de la vecina Brenda Valencia, que siempre se suma a las labores”, destaca.
Al igual que en la Población Antumapu, en el Cerro Mayaca Alto están dispuestos a extender su funcionamiento si es necesario. “En mayo vamos a seguir, podemos hacerlo con recursos propios y sin pedir al municipio, porque sabemos que aporta en otros lugares”, recalca la presidenta, quien señala que ellos cuentan con el apoyo del concejal Balbontín y de la Radio Cumbres, que ha repartido verduras a muchos vecinos que lo necesitan.