Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
¿Por qué todavía seguimos creyendo en las supersticiones?
Que se me cruzó un gato negro y es mala suerte, que no te paso la sal en la mano porque vamos a pelear, que el espejo roto es desastre, que no te saco la hilacha para que no peleemos, que el círculo en la luna es novedad ninguna y tantas otras formas de creer en algo que no tiene comprobación científica.
El martes 13 ha sido siempre considerado un día fatal. La frase que lo acompaña ya se ha hecho famosa: “No te cases ni te embarques”.
Los orígenes de esta superstición vienen de muy lejos en la historia. El 13 es el arcano de la muerte en el Tarot y Marte el dios de la guerra. Nada más explosivo que juntar la guerra con la muerte, tampoco nada más fácil de unir los dos conceptos, porque todas las guerras nos llevan a la muerte.
Sin embargo, la frase del martes 13 es más amplia. No te cases no es sólo casarse con alguien, sino en general, comprometerse con algo, casarse con algo. Y no te embarques significa claramente que no inicies nada nuevo, que no emprendas nada distinto a lo que estás haciendo.
En pocas palabras, el martes 13 es un día para dejarlo pasar, para quedarse quieto y no hacer nada que pueda desatar la ira de los dioses.
Es verdad que todo parece muy irracional y que no se sujeta a nada de lo que nuestra mente podría dejarnos pensar con libertad.
Pero los seres humanos creemos en estas cosas y revisando los archivos de “El Observador”, encontré algunas declaraciones hechas por la gente en relación con el martes 13. Son sorprendentes, porque manifiestan una fe en algo que no se puede probar, en una creencia que se asume como cierta de tanto repetirla.
Una señora de 60 años decía que la maldición que cayó sobre su hermana fue porque se casó un martes 13, a pesar de todo lo que le dijeron. Y agrega: “Por eso se murió también una mañana de martes 13”.
Un pequeño productor agrícola de la zona de Hijuelas explicó que siempre había escuchado decir lo del martes 13, pero nunca creyó que pudiera ser verdad. Emprendió hace muchos años un viaje al norte en su pequeño camioncito, chocó con un bus antes de llegar a Los Vilos. Llegaron los Carabineros, cortaron el tránsito, después llegaron dos ambulancias y comenzaron a trasladar en ellas a los… 13 heridos que dejó el accidente. Recordó para siempre que se había embarcado en ese viaje, en la mañana de un martes 13.
Una pareja de recién casados, llevaban dos años, contaban que eran muy felices y que se habían casado un martes 13, desoyendo todas las creencias. Un señor de Limache afirmaba que cada vez que hacía algo los días 13, fueran martes o no, le iba muy bien, “porque los 13 son mi número de la suerte”.
Otro relato interesante es el que hace una familia cuyo padre era pescador. Señalan que dejaron de vivir a orillas del mar después que la embarcación de su papá, que salió una madrugada de martes 13 a la pesca de la albacora, no volvió nunca más. Eso pensaron ellos cuando los servicios de rescate dejaron de buscar la lancha y dieron por muertos a sus tres ocupantes. El destino, sin embargo, le tenía trazada otra ruta al pescador. Se volcaron y él pudo acercarse hasta la orilla esa misma tarde, gracias a un pequeño botecito dado vuelta, que llevaban en la embarcación. Tenía fracturada una pierna y no se pudo mover. Sobrevivió comiendo lo que encontró en los roqueríos. Volvió a su casa a los 13 días exactos, luego que otro bote lo encontrara casi agonizando.
Uno nunca sabrá si el martes 13 es un día tan fatal como muchos creen. Quizá, como todas las supersticiones, no sea más que una creencia infundada… pero igual cuídese por hoy día.
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