Este macro-barrio, ubicado en el sector poniente de Los Andes, ha experimentado un importante crecimiento comercial y ofrece variados panoramas
LOS ANDES.- Dentro del llamado damero central se concentra gran parte de la vida de los andinos. Oficinas, locales comerciales y servicios de diversa índole son parte de las calles que nacen desde la Plaza de Armas hasta las avenidas Argentina, Santa Teresa, Chacabuco e Independencia. Por lo tanto, a propósito de las bajas temperaturas invernales que forman parte de la cotidianidad de la ciudad, siempre es bueno encontrar lugares donde cobijarse y disfrutar de una bebida caliente y algún dulce acompañamiento.
Sin embargo, contrario a lo que se podría pensar, las alternativas no solamente están al interior de las cuatro arterias principales. Avanzando por calle Esmeralda Poniente, en el sector conocido como Los Villares, hay un mundo de posibilidades muchas veces desconocidas, a pesar de ser una ruta muy concurrida por la locomoción colectiva y por quienes viajan entre Los Andes y San Felipe.
Sabores, colores y aromas forman parte de la oferta que este macro-barrio propone a los andinos y a quienes visitan la ciudad, siendo una alternativa que descongestiona el centro e incluso promete una carta más económica sin mermar en calidad.
“El Observador” hizo un recorrido por tres de estos locales, los cuales dieron a conocer sus secretos para vencer el frío.
Café del Valle y su café Latte con rollo de canela
Este local es relativamente nuevo, ya que abrió sus puertas durante el verano. Y si bien es cierto al comienzo fue complejo afianzarse, a esta altura ya es ampliamente reconocido e incluso cuenta con una fiel clientela que lo visita cada día. Quien está a cargo de este proyecto es Felipe Medinelli, un joven emprendedor andino con varios años de experiencia en diferentes rubros ligados a la cocina y los servicios.
Su nuevo proyecto está ubicado justo en la esquina de calle Esmeralda Poniente con Avenida Santa Teresa, y se caracteriza por ser un espacio al aire libre y con música a gusto del consumidor. “Los Andes es difícil para emprender pero con esfuerzo y dedicación se puede. El tema pasa porque a la gente le cuesta salir de lo cotidiano, algo que por cierto pasa en todo Chile”, aseguró.
Y la opción recomendada por Felipe es la siguiente: “un café latte, que en nuestro caso mezcla dos granos (arábiga y robusta), logrando un sabor intenso. A esto se suma un rollo de canela, que es una masa blanda, dulce y aromatizada, la cual tiene un aroma y sabor singular”. Por solo $3.200 los andinos pueden encontrar una excelente opción para combatir el frío.
Café Amelia y su té “Sentimiento Primaveral” con kuchen de nuez
Continuando por Los Villares, a la altura del 1380, se encuentra una propuesta llamativa por su ambientación. Se trata del Café Amalia, el cual funciona desde agosto de 2016, y mezcla los aromas y colores de una cafetería y tetería junto a una serie de productos vintage. Muchos de ellos están a la venta, mientras otros son parte de la colección que decora el lugar.
Mauricio Herene es el dueño del local, y fue inspirado por un familiar para armar este cálido espacio donde lo rústico se une a lo clásico. Y si bien es cierto se caracteriza por el café y sus distintos tipos, ha logrado cautivar a los andinos gracias a las variedades de té existentes en el lugar. Mango, frutilla, frutas tropicales, almendras e incluso té con merkén son algunos de los tipos de infusiones disponibles. Eso sí, la gente no siempre se atreve a probar los sabores más exóticos.
Renata Martínez trabaja en este local, y contó cuál es la fórmula que más piden los andinos: “hay un té que se llama sentimiento primaveral, el cual trae muchos ingredientes como pedacitos de papaya, frambuesa y coco, además de kurant y durazno. Y la mejor acompañamiento es el kuchen de nuez”. Esta promoción puede ser encontrada por $3.000.
El Divino Cafee y su café cortado con muffin
Sebastián Guerra es abogado y Estefanía Guzmán es matrona. Son amigos de infancia que comparten su amor por el café, lo que los motivó a aventurarse en este camino y tener su propio local. Comenzaron en enero de este año pero aseguran que la recepción del público ha sido satisfactoria desde el primer día.
Ubicados en calle Esmeralda 1390, su sello es generar un espacio familiar y cercano, donde muchos de los que día a día visitan el local ni siquiera tienen que pedir lo que quieren, porque quienes trabajan allí ya conocen sus preferencias. Su especialidad es el café como tal y sus múltiples variedades, contando incluso con opciones sin cafeína.
De acuerdo a Sebastián, otra de las claves para el crecimiento de este emprendimiento son las promociones que realizan a través de redes sociales: “Tratamos de tener siempre promociones. Una de ellas es el café cortado mediano más un muffin, donde la calidad del café que tenemos se une a otros sabores”. Esta oferta puede ser encontrada por $2500.