Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Lo que la gente habla todo el rato, con su familia y sus amigos, son temas vinculados a la seguridad. Ven la tele y se encuentran con portonazos, asaltos, robos, crímenes, desapariciones, bandas, y una gran cantidad de sucesos que terminan atemorizando a las personas. Como quiera que sea, la seguridad se nos ha transformado en la principal preocupación de los chilenos. O lo que es peor, nos invade un sentimiento de inseguridad, como si uno en ninguna parte estuviera seguro, principalmente por la falta de una oportuna acción policial o judicial que nos pueda defender.
Y la propuesta de Constitución, ¿de qué manera enfrenta los temas de seguridad?
He leído y releído la Constitución, subrayándola y marcando algunos párrafos con rojo, para poder entenderla, para poder explicarla. Y creo que hay algunos conflictos respecto de la seguridad que son muy notorios.
Mirando lo que pasa en la Araucanía, queda claro que incluso al actual gobierno, al que no le gustaban los estados de excepción, se ha visto obligado a imponerlo. La violencia es mucha y el Estado debe controlarla. La propuesta tiene tres estados de excepción: Estado de Asamblea si hay un conflicto internacional, Estado de Sitio si hay conflicto armado interno y Estado de Catástrofe si hay una calamidad pública. Por lo tanto, el Estado de Emergencia actual no está considerado y eso debilita al Estado y al Presidente, que no lo podrán aplicar en caso que -como ahora- lo necesiten. Y decir que no hay terrorismo es tratar de tapar el sol con un dedo, por mucho que los días estén nublados.
Otro cambio que ha hecho mucho ruido es que las policías no sean militarizadas, dependiendo directamente del “ministerio a cargo de la seguridad pública y son instituciones policiales, no militares, de carácter centralizado”, dice el texto. Quedan separadas de las Fuerzas Armadas y su rigor para movilizarse. Esto, como ya lo hemos dicho, debilita a Carabineros.
Reiteradamente vemos las acciones terroristas de los distintos grupos mapuches en la televisión. La última imagen de las avionetas es brutal, sin embargo, en toda la propuesta de Constitución no se menciona ni la palabra ni el concepto de terrorismo. Si no se asume que existe, se disminuyen las armas para combatirlo. El terrorismo de los grupos mapuches en el sur o de las bandas internacionales en el norte es una muy violenta realidad que debe ser enfrentada por parte del Estado.
Se ponen más livianas las responsabilidades de los que han estado en la cárcel, señalando que pueden ser candidatas las personas que han estado cinco años presos. Incluso podrían llegar a ser Presidente de Chile.
La propuesta estableció en el borrador el derecho a “vivir en entornos seguros y libres de violencia”, agregando después que es “deber del Estado proteger en forma equitativa el ejercicio de este derecho a todas las personas”, concluyendo que “las acciones de prevención, persecución y sanción de los delitos, así como la reinserción de las personas condenadas, serán desarrolladas por los organismos públicos que señalen esta Constitución”. Pero cuando el texto llegó a la comisión de Armonización, le borraron lo de la “persecución y sanción”, generando innecesariamente un problema para las víctimas de la delincuencia.
Si la seguridad es un tema central en todas las familias, en la propuesta de Constitución no se ve con claridad que se haya abordado el problema.
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