Los peligrosos intrusos computacionales que conversan horas con sus hijos

Publicado el at 03/11/2017
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opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

La computadora que hay en su casa puede ser algo maravilloso y algo desastroso a la vez. Darle alegría y generarle complejos problemas. Ya no se trata que el niño vea pornografía, porque eso es inevitable, sino de otras complicaciones que han ido surgiendo en la misma medida que avanza la tecnología.

Una mamá se quejaba: “Nunca nos imaginamos que mi hija era íntima amiga de un pedófilo, que ese extraño sabía todos los movimientos de nuestra casa, nuestros horarios, quiénes integramos la familia, el nombre de nuestros amigos. Se hacía pasar por un muchacho de 14 años y tenía loca a mi hija de 12. Le mandaba sus fotos, pero eran de un niño del norte, con el que también chateaba. Por casualidad pudimos enterarnos que planeaba encontrarse con el ‘niño’, pero que lo haría en el auto del papá de ese niño inexistente, que la pasaría a buscar para llevarla ante su supuesto hijo. Era la oportunidad para abusar de ella”.

Como ese caso hay miles, aunque Usted no lo crea. Converse con los padres de los amigos y amigas de sus hijos. Muchos ya han denunciado a la justicia abusos con sus hijas. Se sorprenderá al saber la cantidad de familias que han sufrido el acoso a una hija por parte de un pedófilo computacional.

Hablemos claro. Usted no tiene idea con quién se comunica sus hijos durante horas. Usted cree que es solamente con amigos. Primera pregunta: ¿todos los contactos que tienen sus hijos en Facebook los conocen personalmente? Un niño tiene 800 o 900 “amigos” promedio, porque van accediendo a los amigos de los amigos, en esta peligrosa ventana indiscreta que es Facebook. Segunda pregunta: ¿si Usted entra al lugar donde está su hijo, él o ella sigue frente a la pantalla o hace rápidos movimientos para esconder lo que está viendo?

Los pedófilos una vez que tienen algo comprometedor, amenazan a sus víctimas con poner esa foto en el red, es decir, mostrarla ante todos sus “amigos””.

Pídale que le muestre los amigos. Convénzalo que borre a los que no conoce físicamente. Póngale en duda que futbolistas famosos chateen con ellas. Disminuya el número de horas en el computador. Que nunca dé sus claves. Que entienda que su sitio puede ser hackeado.

Aunque a Usted le parezca ridículo, sus hijos ahora se pueden quedar todo el día sábado en la casa, “reunidos digitalmente” con muchos amigos a los que no ven, pero con los cuales virtualmente lo pasan bomba. Una nueva cultura ante nosotros. No la combata, trate de entenderla.

La brecha generacional hoy en día también es una brecha tecnológica. Si no somos nativos digitales, es decir, nacimos antes de la era computacional actual, (todos los mayores de 20 años) el mundo se entiende de manera muy distinta.

Pero volvamos a los intrusos. Ellos entran a su casa, a la pieza de sus hijos, dicen cosas muy audaces. Los hijos responden, a veces, cosas muy audaces también. Mandan fotos. Los pedófilos una vez que tienen algo comprometedor, amenazan a sus víctimas con poner esa foto en el red, es decir, mostrarla ante todos sus “amigos”, que pueden ser miles, pero especialmente, en los círculos más estrechos: familia, compañeros de curso. De ese modo extorsionan a sus víctimas y muchas veces han conseguido lo increíble.

Definitivo: su hijo puede ser de una manera con Usted y puede ser otro u otra, muy diferente, frente a la pantalla. Esa intimidad, esa soledad, los hace acceder a una peligrosa libertad para expresarse, que los puede llevar a vivir sucesos desgraciados.

Póngale ojo a la computadora. Se sorprenderá. Y ojalá sea antes de que ocurran situaciones que dañen para siempre la mente de sus hijos, que Usted ha cuidado tanto.

 

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