Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Hace rato que se viene discutiendo sobre las formas de conmemorar el 11 de Septiembre de 1973, como el fin de un gobierno y el nacimiento de una dictadura. Vamos a ir dedicándole algunos textos al asunto, por la importancia que tiene para la comprensión de nuestra historia nacional.
Muchos piensan que ese día 11 de septiembre de 1973 ocurrió el único golpe militar (aunque hay quienes creen que fue un golpe naval) que ha azotado a Chile, sin embargo, el día y el mes tienen un poco más de historia.
El 11 de septiembre de 1924, bajo el primer gobierno de Arturo Alessandri Palma, se produjo la primera interrupción democrática, después de 93 años de funcionamiento “ininterrumpido” del Congreso Nacional. Las cosas se iniciaron cuando los señores políticos, meses antes, habían comenzado a tramitar la famosa dieta parlamentaria, (su sueldecito) postergando las numerosas leyes sociales que se esperaban para los chilenos. El día de la sesión parlamentaria, un numeroso grupo de oficiales llegó hasta las tribunas del Congreso y cuando estaban votando, comenzaron a golpear el suelo con la punta de sus sables, desde allí que a los actos conspirativos de los militares se les llama “ruido de sables”. El Congreso trató de corregir la situación frente a la presión ejercida por los uniformados, pero fue imposible detener el movimiento. El presidente renunció y lo mandaron fuera por seis meses. Una Junta de Gobierno, presidida por Luis Altamirano, disolvió ese mismo día el Congreso.
Cuarenta y nueve años después, un grupo de oficiales de la Armada de Chile, inició una acción para que las otras ramas de las Fuerzas Armadas dieran un golpe en Chile y pudieran terminar con el desorden y el caos de la Unidad Popular. También disolvió el Congreso y la persecución ideológica de chilenos fue una desgracia nacional.
Hay otros 11 de septiembre que también son grandes ataques, como el que ocurrió en Chile, un 11 de septiembre de 1541, cuando el gran cacique quillotano Michimalonco, organizó una gran sublevación en contra de los 180 españoles que vivían en Santiago, ciudad que terminó arrasada por el fuego. La situación no llegó a mayores porque Inés de Suárez degolló a siete caciques que tenía prisioneros y arrojó sus cabezas entre los indios atacantes, lo que terminó por dispersar a los sublevados.
El otro gran 11 de septiembre fue el “ataque perfecto” a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre del 2001, que en verdad fueron cuatro ataques simultáneos a Estados Unidos, en protesta por diversas acciones de guerra de ese país en el mundo y en especial por el caso de Palestina. Quedaron 6.000 heridos y 2.996 muertos. Las bombas de ataque eran aviones norteamericanos, que contenían mucho combustible norteamericano y pasajeros norteamericanos.
Septiembre es un mes de aniversarios.
Que la Patria esté de cumpleaños significa fiesta y relajo, que se suma a otros aniversarios y celebraciones. Es el mes de las germinaciones y florecimientos, el mes de la llegada de la primavera, que estalla después del silencio en que estuvieron los árboles en el invierno. Volverán las flores a reinar en nuestras plazas y jardines, el verde esperanzador brotará por todas partes y tendremos esa luz nueva, que disminuye el frío, que acoge como sólo el sol lo sabe hacer.
Septiembre es un mes bueno, donde hay muchas otras fiestas. Celebramos el Día del Trabajador Radial, donde se reconocen los esfuerzos de los hombres y mujeres de radio, que día a día le ponen música, noticias y compañía a miles de hogares, como lo hacemos a través de las radios “Quillota” y “La Calera-Observador”. Para nosotros, el 26 de septiembre, también es un día muy especial, celebramos un nuevo aniversario de “El Observador”.
Pero volviendo al tema de los preparativos para el aniversario del Golpe de Estado, queremos expresar nuestra preocupación por la verdadera ignorancia que existe sobre la materia. Hay que tomar en cuenta que, según estadísticas, los que vivimos directamente esos tiempos y teníamos mayoría de edad en 1970, hoy en día somos cerca del 20% de la población. Es decir, cerca del 80% de los chilenos ha escuchado a sus padres o abuelos sobre lo que pasó ese día. Con la falta de ramos de Educación Cívica, tampoco nadie les contó nada o casi nada en el colegio, lo que hace aún más grande el desconocimiento de todo el momento histórico que vivimos.
Y cuando digo todo, me refiero al final del gobierno de Eduardo Frei Montalva, que fue un gran desorden, a los tres años de mal gobierno de la Unidad Popular con Allende, a la incapacidad de los políticos de gobernar Chile que nos llevó por 17 años a la desgracia de una dictadura. No hay que hablar solo del golpe, hay que revisar desde 1964 a 1990, para entender lo que vivió el país.
La Empresa Periodística “El Observador” realizará dos acciones para contribuir a la información sobre esa fecha: pondrá a la venta a un precio muy módico ($ 7.000) el libro “La historia del 11 de Septiembre de 1973”, un volumen tamaño tabloide de 288 páginas, escrito por Daniel Avendaño, Claudio Espejo, Miguel Núñez y Roberto Silva Bijit, y lo otro que haremos, es publicar una serie de artículos destinados a mostrar lo que verdaderamente sucedió el 73.
Chile necesita conmemorar con sobriedad, prudencia y con una clara invitación a la paz y unión. Cometer actos contra la voluntad mayoritaria -como ponerle el nombre de Salvador Allende por decreto al Hospital Biprovincial de Quillota-Petorca- será solo para mantener las divisiones entre los chilenos.
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