Los murales de La Calera, la Casa 34 y la presencia de Cemento Melón

Publicado el at 7:02 am
489 0
Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

El vínculo histórico que por más de cien años ha unido el destino de La Calera con el de la fábrica Cemento Melón, para llamarla como se la conoció siempre en la ciudad, sigue rindiendo frutos increíbles para la comuna.

Por una decisión de la empresa Cemento Melón, a la Corporación Cultural La Calera, organización sin fines de lucro, le fue donada la famosa Casa 34, que es ese chalet blanco de calle Carrera donde antes estuvo un centro médico y primitivamente la casa del gerente general. Se trata de una valiosa propiedad, sólida, de dos pisos, donde hoy funciona un potente motor de la cultura de la ciudad. Además de la orquesta, con sus profesores y sus alumnos, con sus sonidos y sus armonías, desde esa casa se gestionan acciones concretas para promover la cultura, como la creación de un Museo Histórico para la ciudad, la edición de varios libros que integrarán la Colección Caliza, y ahora, el concurso de murales llamado “Galería urbana, pintamos la historia”.

Los murales ahora serán solamente siete, pero más grandes y pintados por profesionales. Tendrán 3,3 metros de alto por 25 metros de largo. La Corporación llamó a concurso y se presentaron más de 90 muralistas, de cuyos trabajos el jurado eligió el lunes a los siete ganadores, que tendrán alojamiento y comida sin costo para ellos, durante los cuatro días que dura la jornada.

Durante los días 7, 8, 9 y 10 de diciembre veremos en las calles perimetrales de la fábrica, a un grupo de muralistas pintando sus trabajos sobre Eugenia Huici, los emigrantes palestinos, la minería y los ferrocarriles, la fundación de la fábrica y Nicolás Chahuán, entre otras imágenes que quedarán como aporte al arte urbano de la ciudad.

Entre los siete ganadores se encuentra el famoso “Seco” Sánchez, el único calerano entre todos los seleccionados, que ya tiene un recorrido internacional.

La Casa 34 está marcada así, con la numeración original que se les dio a las viviendas de los empleados de Cemento Melón, en el marco de la población que entre plazas y colegios se extiende por cuatro cuadras. Ahí se abrió un amplio espacio para la creación de un Museo Histórico, un Centro de Documentación y una Sala de Exposiciones.

La Calera necesitaba desde hace muchos años un museo que recogiera su historia y su patrimonio, donde se pueda enseñar a los estudiantes a querer más a su ciudad, donde se puedan recorrer los hitos históricos más importantes de la comuna.

Al final, con el paso de los años, la presencia de Melón S.A. sigue creciendo y marcando la historia de la ciudad. Miles de familias han trabajado en la empresa. El Club de Campo hoy día es la sede de la municipalidad, el otro motor de la comuna.

Sería imposible entender a La Calera sin su fábrica de cemento, sin su caliza, sin sus caleras, que hasta le dieron el nombre y la garra que tiene su gente para avanzar hacia el progreso.

Impresiona ver cómo después de un siglo, la firmeza del cemento, la dureza de su estructura, sigue en pie a través de una empresa que ha sido fiel a su vocación minera y a su voluntad de contribuir al desarrollo de La Calera.

Comentarios