Por Roberto Silva Bijit
Fundador de “El Observador”
Cuando Piñera durante la ceremonia del cambio de mando se saca la piocha presidencial de su banda tricolor, absurdamente le da un beso (¡en plena pandemia!) y se la entrega Boric.
La piocha que todos vimos en la televisión que besó y que después entregó no es la original, no es la de Bernardo O’Higgins, porque esa se perdió durante el bombardeo a La Moneda, el 11 de septiembre de 1973. La piocha actual es una copia. Es pequeña, tiene como siete centímetros de diámetro, es una estrella de cinco puntas esmaltada en rojo y que al centro tiene el escudo de Chile.
Ese día martes 11 de septiembre la pieza de oro desapareció y es muy probable que alguien la tenga en su poder como recuerdo o trofeo de la defensa o ataque a La Moneda. Ya se había extraviado antes, porque cuando O’Higgins se fue al exilio, en enero de 1823, dejó encargada la banda y la piocha, que volvió a ser usada por el Presidente Federico Errázuriz en 1872. Se usó en todas las ceremonias de cambio de mando durante cien años.
No fue lo único valioso que se perdió esa mañana en La Moneda. La pieza histórica más importante, la Declaración de la Independencia de Chile, que estaba colgada al respaldo del Presidente de la República, como certificado de nuestra libertad, fue sacada del cuadro en que se encontraba y robada o quemada. Nunca más se ha vuelto a tener noticias del documento original manuscrito y firmado por Bernardo O’Higgins.
Hay muchas otras cosas perdidas el día del bombardeo a la casa de gobierno, a la que ingresaron partidarios de Allende, bomberos y miembros de las fuerzas armadas, especialmente militares.
La piocha será chica, pero tiene sus leyendas y los hechos ratifican que efectivamente emitió sus señales para algunos presidentes.
En 1886 se le colocó la banda y la piocha al presidente José Manuel Balmaceda, pero por una mala maniobra, la piocha se le cayó. Todos lo vieron como una advertencia de días malos. Y así fue, Balmaceda enfrentó una guerra civil con casi 10 mil muertos y terminó suicidándose el 19 de septiembre de 1891, al interior de la embajada argentina.
En 1920 asumió su primer mandato Arturo Alessandri Palma y durante la ceremonia de cambio de mando se cayó la piocha, ante lo cual hizo comentarios que algo malo podría pasar. Cuatro años después era depuesto y enviado al exilio.
En 2017, cuando asumió Piñera en el Congreso en Valparaíso, se fue al palacio del Cerro Castillo para celebrar, pero cuando iba llegando, la piocha se le cayó sobre la misma alfombra roja que habían puesto para su ingreso. Estallido y pandemia fueron las respuestas de la caída de la piocha.
Igual todo puede ser un pequeño mito, pero si la piocha se cae siempre algo pasa. Esperemos que algún día aparezca la verdadera piocha de O`Higgins.
