Por Roberto Silva Bijit,
Fundador de “El Observador”
Los humedales -de los cuales tanto estamos escuchando ahora- son áreas que se encuentran inundadas con agua dulce o salada, pudiendo ser esta acumulación de agua permanente o transitoria. Hay humedales naturales conformados por pequeñas lagunas, esteros de río, pantanos y desembocaduras de río. Hay humedales artificiales, que se han hecho a partir de una represa, tranque o estanques acuícolas.
A comienzos de este año entró en vigencia la Ley N°21.202, gracias a la cual el Ministerio de Medio Ambiente puede declarar de oficio o por petición de un municipio, el reconocimiento de un humedal ubicado en la región o en una determinada comuna. Esa es la razón por la que varios municipios han pedido que se declare humedal alguna zona, para preservar el ecosistema que allí convive con el resto de los seres vivos.
El caso más reciente en nuestra zona, fue la solicitud de reconocimiento del Humedal El Litre, por parte de la municipalidad de La Calera, realizada el pasado 30 de octubre, para proteger cuatro hectáreas y media entre las comunas de La Calera y Nogales, espacio donde ya se han registrado más de 70 especies de fauna, especialmente reptiles, anfibios, peces, mamíferos y una avifauna de muy diversos ejemplares.
Están en tramitación el Humedal Urbano Sistema Laguna y Estero Cartagena, el Estuario Los Molles y el Humedal de Pichicuy, estos dos últimos solicitados por la Municipalidad de La Ligua. También buscan su aprobación Laguna de Zapallar, la potente desembocadura del río Aconcagua y El Membrillo – Estero El Yugo en Algarrobo. Al momento de dictarse la ley, ya tenían protección El Yali, Peñuelas y Río Blanco, además de los santuarios de la naturaleza: El Peral, Las Petras, Estero Alto Juncal, Tunquén y el sitio Ramsar.
Se discute ahora la protección especial para los esteros Marga Marga y de Reñaca, específicamente porque hace mucho tiempo vienen sufriendo una constante intervención de personas que sacan arena, causan daños al ecosistema y provocan una denigrante depredación de sus cursos.
Pero hay que advertir que en el inventario de humedales de la región hay registrados 832, que en el futuro cercano podrían ser formalizados por los municipios ante el Ministerio de Medio Ambiente.
El lado oscuro de esta legislación es la obtención de recursos que deben hacer los municipios para sostener el humedal, ya sea para la debida protección y mantención, así como para los estudios que deben desarrollarse acerca de las especies que viven en el humedal, trabajo que solo pueden cumplir expertos.
Los peligros de los humedales son muchos, partiendo por la creciente sequía, que siempre será una amenaza para todos los cursos de agua o aguas detenidas. Pero también la agricultura intensiva, la contaminación de las aguas con residuos de todo tipo, las faenas mineras en el entorno, la creciente utilización del suelo para proyectos inmobiliarios y turísticos, que siempre causan transformaciones profundas en el suelo.
Es muy importante que las comunidades tomen conciencia de lo que significa tener un humedal cerca de la casa, la oficina, el colegio o la empresa. Todos debemos colaborar con el municipio para que podamos hacernos cargo entre todos de los humedales.