Roberto Silva Bijit
De todo pasó en la histórica reunión de gabinete que realizó el Presidente Piñera en Quillota: ministros durmieron en piezas de a cuatro, los subsecretarios que debieron dormir afuera del Regimiento apenas durmieron porque en su hotel había un matrimonio, todos tuvieron que dejar sus celulares afuera de la sala, un ministro se fue esa noche a Santiago porque su señora estaba de cumpleaños, todos encontraron que el “rancho” estuvo muy bueno.
Lo primero que pasó fue que los medios nunca supieron cómo se llamaba el lugar donde se realizó la reunión. Para dejarlo en claro se trata del “Campo Militar del General Ricardo Izurieta Caffarena”, donde conviven el Regimiento Escolta Presidencial Nº 1“Granaderos” y la Escuela de Equitación del Ejército del coronel “Alberto Larraguibel Morales”, ubicados en los bellos parajes de la antigua hacienda San Isidro. Para muchos todavía sigue siendo “la Escuela de Caballería”.
La reunión se efectuó durante el viernes 7 y gran parte del sábado 8. Nunca antes en la historia de Quillota se había realizado una reunión del Presidente de la República y su gabinete ministerial completo: 23 ministros y 36 subsecretarios.
Desde el inicio de la reunión se notó la mano de Piñera. Antes de ingresar a la sala les pidió que dejaran sus celulares en una caja. Cuando cada uno se sentó en el puesto señalado con su nombre, se encontraron con un block de apuntes marca Colón (debió haber sido Torre para respetar la fábrica quillotana que los produce) y tres lápices Bic de colores rojo, azul y negro. También estaba la correspondiente reglita para subrayar, para terminar de conformar los típicos elementos que lleva Piñera a cada una de sus reuniones.
Vivieron un grato ambiente de camaradería en medio de un intenso trabajo. La noche del viernes les ofrecieron una excelente cena en el elegante Casino de Oficiales y al almuerzo del sábado, un asado campestre en el Club House, construcción que regaló la familia Said al Ejército, hace más de medio siglo. Fue también ese el momento para que los miembros del gabinete pudieran disfrutar de la presentación del equipo de Alta Escuela de Equitación y del “Cuadro Negro”, con sus verdaderas acrobacias ecuestres. Ambos fueron muy aplaudidos.
Cuando llegó la noche se repartieron para dormir. El desayuno había sido fijado para las 7 de la mañana. El Presidente Sebastián Piñera, su primo Andrés Chadwick Piñera y el ministro de Defensa Alberto Espina, durmieron en la parte más lujosa, que son las habitaciones del Casino de Oficiales. Otros ministros debieron dormir de a cuatro en las cabañas del Regimiento. Cecilia Pérez no que se quedó a dormir en el recinto militar y Gonzalo Blumel se fue a su casa a cantarle el cumpleaños feliz a su esposa.
Todos los subsecretarios se fueron a dormir al hotel “Open”, donde también debieron compartir piezas, pero además, debieron compartir no de muy buena gana, la música que tenían para la celebración de un matrimonio que se realizaba esa misma noche en el hotel quillotano. El subsecretario de Segpres, Claudio Alvarado, se fue a dormir a su departamento de Viña del Mar.
¿De qué hablaron?
Se trataba de una reunión conjunta para analizar el año 2018, trazar las acciones a seguir en el 2019 (deben despachar 15 proyectos de ley) donde cada ministro debió exponer durante 10 minutos sobre su cartera. El primero en hablar fue Piñera que les dijo que debían “poner en evidencia que Chile está en marcha”, y que lo más importante era “apurar el tranco” en el 2019.
Asesores del segundo piso de La Moneda llevaron dos especialistas externos para que entregaran su diagnóstico. Cuando el cientista político Roberto Izikson dijo que “viene el invierno” (aludiendo a la frase de la serie “Game of Thrones”) para referirse a las dificultades del tiempo que viene, el Presidente Piñera inmediatamente se puso su chaqueta, sacando muchas risas y distendiendo el ambiente, que se estaba poniendo tenso con los malos pronósticos. Izikson dijo que el 2018 “fue el peor primer año de un gobierno desde el retorno a la democracia”.
En todo caso, todo el gabinete salió con las pilas puestas desde Quillota, seguros de mejorar los niveles de aprobación y darle una mayor tranquilidad a la ciudadanía.
El Presidente felicitó al comandante del regimiento, coronel Guillermo Garín, por la impecable presentación de todo lo que vivieron durante los dos días. Fue la última actuación importante en Quillota del comandante, ya que el viernes pasado le entregó el mando al coronel Luis Barañao Torres.
La reunión de gabinete en Quillota pasará a formar parte de la historia de la ciudad.