Difícilmente se podrán seguir sosteniendo las rígidas normas que hoy penalizan el aborto, porque el mundo avanza y nada detiene esa rueda.
Como prueba de esta afirmación hay un dato importante a consignar. En el mundo, solo quedan cinco países donde se condena con cárcel la interrupción del embarazo en las tres causales de riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación.
La discusión en el parlamento terminará aprobando la despenalización, tanto porque se busca traspasar a la mujer la responsabilidad en la toma de decisiones, como por una abrumadora estadística que señala la gran cantidad de abortos que se siguen haciendo en forma clandestina e ilegal.
Hace exactamente dos años esta misma discusión produjo la primera profunda división política en la Nueva Mayoría, principalmente entre el mundo PS-PPD y el mundo DC. Chocaron los valores, se plantearon distintos argumentos y surgió una conclusión: hoy van dos candidatos a la presidencia de la República.
La división ya es un hecho concreto y el aborto fue el principal protagonista. Lo que ocurrió es que en la DC existen dos miradas frente al gobierno: los socialdemócratas y los humanistas cristianos.
La pregunta es si al despenalizar las tres causales, se abre la puerta ancha para el aborto en Chile”.
Por los primeros, la senadora Carolina Goic planteó al interior de la DC una propuesta a favor del aborto, aunque con reparos al proyecto original del gobierno. Por los más tradicionales estuvo el matrimonio de Gutemberg Martínez y Soledad Alvear, que recordaron que en el último congreso ideológico de la DC, en el año 2007, habían acordado que “frente al llamado aborto terapéutico, postulamos que es innecesaria una legislación que abra las puertas a la definición desde el Estado, acerca de cuáles seres humanos pueden existir y cuáles no”.
De este modo, surgió la primera oposición al interior de la Nueva Mayoría al programa de la Presidenta Bachelet y sobre un asunto valórico, que representa como pocos, la dividida mirada que sobre el tema tienen los chilenos.
Ya sabemos que despenalizar el aborto seguirá siendo una propuesta que divide a las personas y a las instituciones del país, poniéndolas en sectores opuestos y generando a la vez una opinión favorable y otra desfavorable sobre el mismo tema del derecho por la vida”.
La pregunta es si al despenalizar las tres causales, se abre la puerta ancha para el aborto en Chile.
Hace dos años, entrevistaron por escrito a seis decanos de las Facultades de Medicina, para recoger el pensamiento de estos médicos que están al frente de formar profesionales para la salud. Tres de ellos dijeron que el debate sobre el aborto debía sincerarse, ya que lo que se buscaba era legalizar el aborto propiamente tal. “Lo otro es un poquito hipócrita”, dijo uno de ellos. Otros dos agregaron que “los médicos debemos defender la vida desde su inicio hasta su final” y cree que las causales que se plantean podrían abrir la puerta para el aborto a secas. Y se cuestionan diciendo que las facultades de medicina no podrían enseñar a practicar abortos, porque su misión fundamental es cuidar la vida.
En todo caso, el Senado, en una de sus últimas votaciones realizadas el miércoles, aprobó la ampliación de la objeción de conciencia no solo al médico-cirujano, sino a todo el equipo médico que participe en la operación. La objeción, es decir, que no participará en un acto que va contra sus principios morales, debe hacerse en forma previa y por escrito.
Ya sabemos que despenalizar el aborto seguirá siendo una propuesta que divide a las personas y a las instituciones del país, poniéndolas en sectores opuestos y generando a la vez una opinión favorable y otra desfavorable sobre el mismo tema del derecho por la vida.
