Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Hay algunas señales que va entregando el país, a 10 días del Plebiscito Constitucional, que van configurando una respuesta de la ciudadanía.
Sin lugar a dudas el principal tema por el que será juzgado el gobierno en este plebiscito será la inseguridad, que se encuentra en los niveles más altos de nuestra historia. Estamos hablando de que la percepción de inseguridad entre los chilenos llega al 90,6% de la población. Una cifra escandalosa, que se apoya en que el 21,8% de los chilenos dijo haber sido víctima de algún delito, lo que es demasiado.
Eso obliga al gobierno a convencer a sus partidos de coalición a entender que llegó la hora de la acción. Las palabras sobran frente a la dura realidad de todos los días. Por ejemplo, en el año 2022, fueron detenidos cometiendo delitos 17 mil jóvenes con 16 y 17 años. No cabe duda que hay que legislar para quitarle fuerza a este grupo que actúa con la impunidad que le brindan las leyes. Pero si, por el contrario, el gobierno comienza a poner cortapisas a estos temas, a darles “protección” a estos delincuentes nuevos, lo único que conseguiremos es que el delito juvenil siga creciendo.
Este gobierno comenzó con una Ministra del Interior viajando al sur y siendo baleada por terroristas. Lejos de advertir la señal, el propio Presidente concedió indultos a delincuentes condenados.
Lo que pasa es que el gobierno no lee las señales. Por ejemplo, el daño de la delincuencia en la economía casi se duplica en los últimos diez años. El sector privado ha gastado 13 veces más en el 2022 que hace diez años en aplicar medidas disuasivas, es decir, en medidas de prevención que han sido asumidas por las propias empresas. También uno podría analizar la situación económica. El primer termómetro es ir a un supermercado y se podrá constatar en la misma cuenta, todo lo que ha subido el costo de la vida. Todo eso porque tenemos altas tasas de interés, una peligrosa inflación y más de 110 mil desempleados que durante el año pasado. La crisis económica se ve en tantos negocios cerrados, en letreros de “se vende” y “se arrienda” por todas partes. Las constructoras paralizadas y muchas obras sin terminar, con los fierros oxidándose.
La queja no escapa al sector agrícola, donde un 50% de los agricultores han congelado sus inversiones por la creciente incertidumbre política. Y eso es muy fácil de entender porque llevamos cuatro años discutiendo un proceso constitucional que debe ser cerrado de una vez por todas, para poder seguir avanzando en los temas que de verdad le interesan a la gente.
Además, que frente al plebiscito el gobierno debe sacarse la careta y decir sin miedo que está por el En contra, y que además, está en campaña, como lo prueban los anuncios en relación con la condonación del CAE, que los propios senadores del PS le han contestado al Presidente Boric que “no es una prioridad hoy día”, que hay que promover otras urgencias ciudadanas como “de qué manera hacemos crecer la economía del país”, declaró José Miguel Insunza.
Un gobierno que no ve las señales, no entiende la realidad y por eso no puede encauzar la dirección del país hacia los verdaderos asuntos que le importan a toda la nación. Es la política chica, la que defiende un partido y no el todo de los chilenos, lo que probablemente llevará al gobierno a un nuevo fracaso en las urnas el próximo domingo 17 de diciembre.
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