Las nuevas sensaciones de inseguridad que estamos viviendo

Publicado el at 10:29 am
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Por Roberto Silva Bijit

Fundador de “El Observador”

Cuando pasan hechos graves en cualquier parte del país, nos generan a todos inseguridad. Es posible que en nuestra zona los portonazos sean mínimos, pero ahora la gente maneja con más cuidado, mirando atrás y a los lados, con la idea que esos mismos cabros chicos drogados y violentos podrían caerle a uno encima. Las familias en sus casas, con muchas rejas por todos lados, sienten que en cualquier momento podrían ser asaltados.

La violencia con metralletas en el sur, los escuadrones de la Araucanía y sus demostraciones de fuerza, también generan una sensación de debilidad del gobierno y el estado de derecho, que terminan repercutiendo en cada uno de nosotros, que empezamos a convencernos que hay ciertos tipos de violencia que el Estado de Chile no tiene capacidad de controlar.

Más grave todavía son los ataques a Carabineros, porque han sido tan violentos y despiadados, como el de Arica, que nos dejan una sensación de inseguridad en nuestros propios carabineros, en los que hemos llamado y llamaremos cuando tengamos un problema. Un ataque a carabineros es un ataque directo a la seguridad de cada uno de nosotros. Si debilitan la fuerza de orden de Carabineros, habremos debilitado muchas otras cosas importantes en Chile.

Cada vez se asocian más los ataques a carabineros con extranjeros, especialmente haitianos, venezolanos y colombianos. Por lo tanto, cada vez más también crece la desconfianza hacia un sector importante de los emigrantes, lo que se traducirá en una discriminación que también nos terminará haciendo mal como país.

Pero si los emigrantes tienen copadas algunas ciudades del norte, no podemos pensar que ese es solo un problema del norte. Hay que entender ahora que eso mismo nos llegará a nosotros y que tendremos oleadas de inmigrantes, muchos de los cuales al entrar por pasos ilegales, pueden tener graves antecedentes delictuales.

Desde ese punto de vista, los emigrantes empezarán también a vivir una mayor desconfianza por parte de sus empleadores chilenos, que los mirarán con preocupación después de todo lo que hemos visto sobre ellos.

La crisis política y económica que ha generado el mal gobierno de Venezuela, ha hecho que cinco millones de ciudadanos no puedan seguir viviendo en su país y busquen en los países limítrofes una salida a su angustiada vida. Colombia, Perú, Chile y Argentina han debido soportar ese peso migratorio, que nadie puede decir que se ha terminado. Siempre en la migración un familiar llama a toda su familia.

Muchos emigrantes, sobreviviendo en condiciones subhumanas, logran mandar unos dólares a sus familias, que allá –con la increíble inflación- se transforman en oro.

Otra importante fuente de inseguridad es el crecimiento de las bandas narcos y su penetración en todos los estamentos de nuestra sociedad. Siempre arreglando cuentas a balazos, hiriendo por deudas, atacando para robar entregas de droga, matando a sus rivales. El mundo narco crece entre nosotros y el peligro cada vez se siente más cerca.

Estamos enfrentados a muchas nuevas sensaciones de inseguridad, que hacen indispensable que este tema sea instalado como principal preocupación de todos.

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