Las historias paranormales que esconde el Cementerio Parroquial de Los Andes

Publicado el at 03/08/2017
15816 0

 

Desde una batalla mitológica entre ángeles y demonios hasta unafantasmagórica aparición son algunos de los relatos que permanecen vivos en el lugar donde descansan los muertos

LOS ANDES.- El Cementerio Parroquial de Los Andes cumplió 350 años, desde aquella tarde cuando el cuerpo de Juana de Soto se convirtió en el primero en ser sepultado en el camposanto. El origen de este lugar lleno de mitos fue al alero de la Parroquia de Curimón, aunque a mediados de 1.700 pasó a la administración de la Parroquia Santa Rosa de Los Andes.

Tres siglos de historia alojados en un apartado rincón de la ciudad, que contiene una serie de historias y leyendas en torno a figuras emblemáticas. Pocos saben que aquí se encuentra un lugar especialmente diseñado para honrar la memoria de los héroes del 79, aquellos adolescentes que defendieron a Chile en la sangrienta Guerra del Pacífico.

O que aquí está la tumba de Conrado Barraza, venerado por muchos que le entregan su devoción a cambio de favores, ignorando que murió a los 22 años producto de una condena injusta.

“El Observador” hizo un recorrido por este lugar junto a Luis Astorga, cuidador del recinto por más de 24 años, quien conoce los misterios y secretos del cementerio andino.

EL DIABLO FUE DERROTADO EN LOS ANDES

Una de las historias más fascinantes se cuenta en torno al mausoleo donde reposan los restos del hacendado andino Juan Pablo Avendaño. Se dice que los terrenos del camposanto fueron donados por él, ya que poseía una tremenda fortuna que abarcaba sitios desde El Sauce hasta Curimón. Sin embargo, la forma en la cual habría obtenido su riqueza es la parte anecdótica de la historia.

Sin cabeza, esta estatua sería el reflejo de una dura batalla por el alma del hacendado andino.

“Se cuenta que este señor hizo un pacto con el diablo, y que de esta forma habría conseguido todas sus posesiones materiales. Sin embargo, cuando murió y el diablo quiso llevárselo, empezó a pelear con los ángeles, representados en las esculturas de mármol que acompañaban el panteón. Lo llamativo de esto es que todas las cabezas de los defensores fueron cortadas y desaparecieron, pero solo uno de ellos permaneció intacto”, cuenta Astorga.

La figura que resultó sin daño fue la del Ángel de la Muerte. Esto hizo crecer el mito de que Avendaño fue protegido por los seres celestiales de mármol, quienes dieron su vida para vencer al maligno. Y es que resulta inexplicable cómo las estatuas quedaron mutiladas mientras solo una no tiene siquiera un rasguño.

“Lo otro llamativo son los detalles de la entrada del mausoleo, que tiene en sus soportes figuras de demonios”, agrega Astorga.

Luis Astorga mira con profunda atención la parte alta del mausoleo Avendaño, donde está el ángel de la muerte.

Además, se suma un nuevo elemento extraño, ya que existe gran cantidad de ataúdes pequeños al fondo del panteón y quienes han hecho crecer el mito aseguran que el diablo, enojado por no poder llevarse el alma de Avendaño, comenzó a exterminar a los hijos de sus hacendados.

Pero la leyenda no termina ahí, pues hay quienes aseguran que, dentro del panteón, hay reservas de oro, que nadie se ha atrevido a sacar.

Es difícil determinar cómo y cuándo este relato comenzó a tomar ribetes casi mitológicos y difícilmente comprobables. Lo que sí es posible establecer empíricamente son los pequeños ataúdes y las estatuas cercenadas, con excepción de la del ángel de la muerte. ¿Habrá oro al fondo del mausoleo? Solo Juan Pablo Avendaño podría saberlo. Pero prefiere guardarse el secreto.

EL ANGELITO VESTIDO

Menos tétrica que la anterior pero no por eso poco intrigante es la historia de la tumba del angelito, que llama la atención apenas es divisada por quienes caminan por el cementerio.

Con lentes gorros y otros atuendos es vestido el niño de la misteriosa tumba llena de juguetes y peluches.

Está llena de flores y muchos juguetes, como autos de carrera, camiones o peluches, donde lo más extraño es la estatua de un bebé, que es religiosamente vestido por quienes visitan el camposanto. Y no con cualquier ropa, ya que en verano luce tenidas deportivas más livianas, mientras en invierno es arropado con gorros y chalecos más abrigados.

“No hay una fecha exacta de cuándo comenzaron a ponerle ropa, pero se sabe que es casi desde el momento en que falleció. Hay dos historias: una cuenta que el niño se habría muerto luego de ahogarse con una aguja, mientras la otra relata que una mujer embarazada murió antes de dar a luz, llevándose consigo a su bebé en gestación”, aseveró Astorga.

Esta historia data de 1870 y, a pesar de que no hay un consenso sobre la razón de muerte del bebé, el paso de los años no ha mermado la tradición de mantener vestido al “angelito”, a fin de que no pase frío o no sufra con el calor.

LA CHAQUETA DE CUERO

Una de las historias modernas más difundidas ocurrió hace 30 años. Y partió en la Discoteque La Curva. Este relato llegó a ser tan famoso, que incluso fue recogido hace más de 10 años por el programa “El Día Menos Pensado”, del periodista Carlos Pinto.

Uno de los testigos que aún lleva las imágenes consigo es Juan Carlos Álvarez, quien actualmente se desempeña como guardia de seguridad de la Fiscalía, pero en aquellos años trabajaba como garzón en el mencionado centro de entretención.

Juan Carlos Álvarez fue testigo de la historia paranormal más comentada de Los Andes.

“Recuerdo que ese día estuvo muy nublado y hacía mucho frío. Yo trabajaba con otros tres compañeros y como cada jornada, ese día fuimos a cumplir con nuestras responsabilidades. Recuerdo que esa noche llegó una pareja, un joven y una muchacha que sostenía una chaqueta de cuero. Eso sí, estaba muy ligera de ropa, con un pantalón negro y un peto blanco. Su aspecto era raro, ya que era muy blanca y sus labios eran color rosado opaco”, relata Juan Carlos.

Todo estuvo tranquilo, pero lo que vendría después resultó aterrador.

Tras concluir la jornada, el joven propuso a la mujer llevarla hasta su casa en su motocicleta. Le puso su chaqueta y, luego de despedirse con un beso, el motoquero se fue, feliz, con la esperanza de verla al otro día. El plan era perfecto, pues volvería a preguntar por su chaqueta, para volver a hablarle.

Y así lo hizo. Golpeó la puerta en misma casa donde la había dejado. Le abrió una mujer, quien –impactada- le contó que a quien buscaba era a su hija, pero había fallecido. Incrédulo, insistió y, la madre le contó en qué lugar del cementerio estaba enterrado el cuerpo de la joven. Aún sin dar crédito a lo que escuchó, se dirigió hasta la tumba indicada, donde se encontró con una terrible sorpresa:el nombre de la muchacha estaba en la lápida y, sobre ella, su chaqueta de cuero.

Ésta es la verdadera tumba de la joven. En el programa de televisión, mostraron otro, por temas técnicos.

“Recuerdo que al otro día estaban fuera de mi casa preguntando por mí. Querían saber qué había pasado en la discoteque, porque la niña estaba muerta y el joven estaba en el hospital. Todo fue muy confuso y extraño”, añadió Álvarez.

Hasta el día de hoy esta historia es difícil de explicar para el funcionario del Ministerio Público, quien resalta que, sea cierto o no el desenlace sobrenatural, es un relato que sigue vigente.

“Esto, según lo que dice la gente, habría ocurrido hace 30 años. Con el paso del tiempo, cada cual le fue poniendo de su propia cosecha al tema e incluso mucha gente comenzó a venir a visitar su tumba tras su aparición en el programa de televisión. Todas estas cosas son historias, si habrán sucedido o no, es difícil saberlo”, asegura el cuidador del Cementerio Parroquial de Los Andes.

Comentarios