Roberto Silva Bijit
Definitivamente no.
Un Presidente de la República no puede anunciar el cierre de una de las empresas que da más trabajo en la región, a través de un trascendido de prensa, en una conversación informal o con mensajes a un ministro.
Definitivamente no.
La empresa Codelco Ventanas será estatal, pero no por eso el Presidente puede hacer lo que quiera con ella. Al contrario, nos pertenece a todos, la
debemos cuidar entre todos.
¿Por qué pasa todo esto?
Piñera ha estado un poco verde con el tema de la COP 25 en Chile, que es
una importantísima reunión mundial sobre el cambio climático, que se realizará en diciembre en el parque Cerrillos en Santiago. Un gran logro para Chile.
Ya sabemos que Quintero-Puchuncaví, esa preciosa zona costera que hoy día por la contaminación llaman “zona de sacrificio”, ha tenido diversos episodios medioambientales que han terminado con más de mil personas en el hospital.
Hasta la fecha el gobierno no sabe quién es el que contaminó. Las investigaciones siguen su curso. Los noruegos, la Seremi, la PDI, la Fiscalía, las empresas, los movimientos anticontaminación, el Servicio de Salud, todos, unos más que otros, tratando de encontrar algún responsable. Y pasan los meses y no encuentran.
En verdad, es una vergüenza que todavía estemos esperando una respuesta definitiva. Muchas acusaciones y muchas respuestas a las acusaciones, pero nada definitivo. La Corte emitió un pronunciamiento-recomendación que ayuda, pero no define la responsabilidad de nadie.
En medio de esa confusión, entre torpe y de país pobre, subdesarrollado e
incapaz de hacer una medición para defender la salud de su población, aparece esta idea, lanzada entre gallos y medianoche por el propio Presidente: cerrar Codelco Ventanas como una forma de ayudar a la descontaminación. Y el ministro de turno agregó que la empresa dejaba pérdidas.
Sobre la contaminación: no hay en Chile, ninguna empresa privada o estatal que haya desarrollado un plan de descontaminación más grande que Codelco Ventanas, que haya invertido más en cambiar sus sistemas industriales para tener menos emisiones. Incluso cerró algunas de sus operaciones que no pudo controlar de acuerdo a las normas vigentes.
Sobre pérdidas: en la refinería se tratan concentrados de cobre de pequeños y medianos mineros, que vienen desde la Cuarta a la Sexta regiones, por lo tanto, ahí Codelco Ventanas cumple un rol subsidiario y eso le significa afrontar pérdidas en su gestión.
El cierre de una empresa de este tamaño y de estas características es algo más serio, más técnico, más analizado con los actores y las comunidades donde producen. Ayer marcharon los trabajadores. Ayer se habló de paros y de solidaridad a lo largo del país. Puede provocarse un escenario mucho más complejo producto de improvisaciones que le hacen muy mal a la imagen del gobierno.
No será mejor la imagen ni de Chile ni del Presidente ante los miembros de la COP 25 si Piñera muestra el cierre como un logro medioambiental. No puede usarse a Codelco Ventanas como un chivo expiatorio, como un castigo o como una lección. Nada de eso.
Cálmese Presidente y venga de nuevo a la zona costera. Siéntese un rato y converse con la gente, con los alcaldes de Quintero y Puchuncaví, escuche a los trabajadores y a los científicos. El camino no es cerrar, sino dialogar para buscar soluciones que no dañen el medio ambiente, es hacer inversiones en aparatos demedición autónomos del Estado de Chile, es seguir protegiendo esa ecuación entre sostener la planta de trabajadores en este tipo de empresas y bajar las emisiones para cumplir con las mejores normas del mundo moderno.
Con cerrar pierde Chile, pero sobre todo, pierde Quintero y Puchuncaví, que ya han perdido bastante.