Desde hace algunas semanas ya parece ser algo habitual y cotidiano que en las calles un poco alejadas del centro de Quillota, se vean algunos vehículos con sus ventanas rotas, debido a la acción de delincuentes que buscan robar lo que sea desde su interior.
Uno de los sectores donde mayormente ocurren estos actos vandálicos, es en Esmeralda -entre O´Higgins y San Martín- lugar donde se estaciona una gran cantidad de autos desde tempranas horas de la mañana y en muchos casos por largas horas del día.
Esto más que nada se debe a que lamentablemente los dueños deben dejar sus vehículos estacionados -en muchos casos totalmente desprotegidos y sin medidas de seguridad- al no poder cancelar un estacionamiento particular o debido a que cada vez es más amplio el radio de calles donde se cobra parquímetros en el centro de la ciudad.
La sorpresa en muchos casos se la llevan los dueños al llegar después de su jornada laboral, sin imaginar que se encontrarán con que han sido víctimas de un robo y del cual en la mayoría de los casos nadie fue testigo.
Lamentablemente por estos robos posteriormente casi nunca existe denuncia, ya que los afectados evitan realizar este trámite pues lo consideran demasiado engorroso y una pérdida de tiempo, ya que es muy difícil encontrar a los culpables.
Esto lleva a que no se tenga un número exacto de este tipo de robos, los que en las últimas semanas se han ido multiplicando, al conocerse cada día más personas afectadas.
Si bien existen medidas de seguridad para los vehículos, las largas horas en que se encuentran desprotegidos, llevan a que los delincuentes tengan el tiempo suficiente para buscar la fórmula y de esa manera “hacer su trabajo” y poder sustraer las cosas de valor que se encuentran al interior de los vehículos.
Es de esperar que las rondas policiales se multipliquen para de esa manera intentar evitar este tipo de robos, los que se vienen haciendo cada vez más habituales y donde pareciera ser que los ladrones tienen todo a su favor para actuar.
Pero junto a la vigilancia, debe haber más iluminación y solidaridad de parte de las personas que a veces son testigos y prefieren no ver. Si la acción policial no es suficiente, seamos entre nosotros quienes podamos alejar a los delincuentes.