La vuelta a clases y la calidad de nuestra educación

Publicado el at 07/03/2025
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

Nuestras ciudades han cambiado con la vuelta a clases de miles de alumnos. Se ve más gente en las calles. Se siente otra actividad en todas partes. Las plazas se han colmado de uniformes y grupos de estudiantes que avanzan por entre los paseos, ocupan las bancas y le dan vida a la comuna. Ellos movilizan todo, pero a la vez, estabilizan los hogares con horarios determinados, con su programada asistencia a clases, que marca también un nuevo ritmo al interior de las familias.
De algún modo, ahora en marzo ha comenzado el año 2025. El retorno a clases marca el verdadero final de las vacaciones y el comienzo de los diez meses de actividad completa que tendremos.
La crisis en la educación municipalizada se mantiene, salvo contadas excepciones, donde los alcaldes están realizando especiales esfuerzos. Cada vez más padres cambian a sus alumnos desde la enseñanza municipal a la educación particular subvencionada, buscando una mejor formación para sus hijos.
Para los municipios la crisis económica es muy grave, porque si bajan los alumnos bajan los ingresos fiscales, pero no por eso pueden despedir a los profesores. Este círculo vicioso es uno de los mayores desgastes para los alcaldes y los concejos municipales. Cada año quedan con millones de pesos en deudas que no pueden pagar.
El sistema hace agua hace ya muchos años y no se ve que el Estado quiera enfrentarlo seriamente. Hay municipios que han realizado excelentes trabajos para valorar su educación, logrando maravillosos resultados, es decir, una deserción casi nula. Pero son los menos.
El tema de fondo sigue siendo el mismo: la calidad de la educación que entregamos a nuestros hijos.
Los colegios particulares pueden entregar una mejor educación que los liceos municipales, por lo tanto, estamos marcando a los alumnos desde antes que terminen sus estudios, limitando su futuro, achicando sus esperanzas, recortando sus sueños.
Todos los padres, de los más diversos niveles socioeconómicos, sienten que tienen el mismo deber: darles una educación de calidad. Y agregan “que es lo único que les podemos dejar, para que sean mejores que nosotros”. Y tienen razón, porque el círculo de la pobreza sólo lo rompe la educación, que tiene la fuerza para vencer todos los obstáculos.
La educación es un tema económico y el gran respaldo para que un país salga del subdesarrollo. Un país será mejor si es más grande su porcentaje de recursos destinados a la educación en el presupuesto general de la nación. La educación es también la mejor inversión que se puede realizar en una persona, por lo tanto, así como le pedimos al Estado que destine más recursos para educar, también cada familia debe destinar más y mejores recursos para educar a sus hijos, abriendo puertas mediante escritorios luminosos, computadores, libros para la biblioteca, disciplina para estudiar, en fin, todo aquello que permita que los niños se sientan felices en estos años de su formación.
Que vuelvan a leer libros, diarios y revistas, que vuelvan a escribir a mano, en lo posible haciendo caligrafía, para que no solo tengan una mejor comprensión de lo que leen, sino que también sean estimulados a un procesamiento más profundo de la información.
En marzo ha comenzado el año y este tema será importante hasta diciembre. Esperemos que las escuelas, liceos y colegios asuman que su misión es fundamental para tener mejores ciudadanos y un mejor país. No hay que achicar el valor fundamental que tiene educar mejor a nuestros hijos.

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