La tontera es el peor contaminante en el traslado de escuela La Greda

Publicado el at 04/09/2018
1614 0

Escribo esto con vergüenza.

No puedo creer en tanta estupidez.

En torno al problema de la Escuela La Greda se han reunido las mayores tonteras, las peores decisiones y la más absoluta irresponsabilidad de parte de las autoridades.

opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

Desde hace unos años se sabe que el borde costero de las comunas de Quintero y Puchuncaví se ha vuelto tremendamente contaminante. Tienen la aceptación de un plan regulador que permite este tipo de empresas y una comunidad que aunque rechaza el medio ambiente en que vive, no tiene herramientas legales para oponerse al daño ambiental, y por ende, al daño a sus vidas. Hay 1.013 hectáreas destinadas a industrias contaminantes y 923 hectáreas para industrias molestas en las dos comunas.

El icono de esta situación (y el icono de la estupidez) es la escuela del sector La Greda en la comuna de Puchuncaví.

Los niños y los profesores de la escuela están contaminados, tal como lo demuestran los exámenes médicos a los que fueron sometidos. Cuando se les comprobó arsénico y plomo en la sangre, el Intendente Celis se atrevió a decir que los niños estaban todavía bajo la norma, como si existiera una norma que permitiera que los niños tengan este tipo de contaminantes en sus cuerpos. Los niños no tienen que tener arsénico ni plomo en la sangre y si tienen un poquito es grave y hay que sacarlos de ese lugar. Eso es sentido común, lo demás es tontera.

¿Qué habría pasado si este mismo nivel de plomo y arsénico lo tuvieran en la sangre alumnos de colegio Alemán o del Liceo de Niñas de Valparaíso? Varias autoridades ya estarían renunciadas.

Desde el ministro de Educación para abajo, todos estuvieron de acuerdo en que había que cerrar la escuela y trasladarla para otro lugar, alejada de las empresas contaminantes que hay en su entorno.

Hablaron, salieron en la tele, pusieron caras graves, dieron declaraciones de salvadores de los niños y señalaron tajantemente que cerrarían la escuela a fin de año. Después agregaron que tenían siete terrenos que estaban estudiando para cambiar la escuela.

Atento querido lector, que ahora viene la estupidez del porte de un buque. Las decisiones tomadas con los pies.

¡Decretaron que la escuela se trasladará a 1.882 metros más allá de la actual escuela!

Apenas dos kilómetros de distancia. El nuevo lugar es un terreno más contaminado todavía, tal como se lo indicó por escrito el Seremi de Salud al Intendente el 2 de agosto pasado. Tiene 9,5 veces más arsénico que el lugar donde hoy funciona la escuela. Tiene 304 mg/kg más de plomo y 3.572 mg/kg más de cobre, que la escuela antigua.

El Intendente Celis se volvió a lucir, diciendo que “es la mejor ubicación que existe en Puchuncaví” para el traslado de la escuela, y agregó, que “vamos a hacer una remediación del terreno con la contaminación acumulada desde el año 1964”. Remediación, Dios lo oiga. (Y ojalá lo entienda).

¿Por qué pasa todo esto tan absurdo?

Porque en Chile no hay responsabilidad funcionaria y los niños tienen plomo y arsénico en la sangre y ninguna autoridad pagará con cárcel por sus errores, ningún funcionario de ningún ministerio será responsable de los daños que cause en la salud de la gente. Ningún hijo de los que toman decisiones en la zona tiene ni plomo ni arsénico en su sangre. Las estupideces quedan impunes.

La gente del sector La Greda quiere que trasladen el pueblo completo. Son cerca de mil 800 habitantes rodeados de empresas contaminantes y ellos sufren importantes niveles de contaminación en sus organismos. Ellos estaban antes que las industrias, lo que corresponde es que las industrias, como un factor de mitigación, trasladen todo el poblado a un lugar verdaderamente limpio, lejos de toda la porquería humeante. Y en este sentido -además de responder por la contaminación que provocan- las industrias allí presentes también deben asumir responsabilidad.

La tontería de construir una escuela a dos kilómetros de la actual debe evitarse.

Hay que sacar la escuela lejos, a un lugar con vegetación, limpio desde siempre, como hay tantos en la extensa comuna. Con dos o tres buses, se traslada a los niños y el problema queda resuelto. De esa forma los niños podrán respirar en forma saludable unas cuantas horas al día, antes de volver a sus hogares, donde también hay contaminación.

¿Cómo nuestras autoridades toman decisiones tan estúpidas y después se acuestan y duermen tranquilos?

Quizá si una manera de hacerlos reaccionar sería inyectarles plomo y arsénico en la sangre, pero por supuesto, por debajo de la norma, para que sólo tengan un poco de dolor de cabeza, un poco de diarrea, un poco de polvillo negro en los ojos, un poco de mareos, un poco de resfríos sin razón, un poco de alergias en la piel, un poco de problemas respiratorios y un poco de esperanza de cáncer, como tienen los niños Diego, Mariela y Marisol, por nombrar solamente a tres alumnos muy contaminados de la escuela La Greda.

(¡Qué suerte tienen algunos que la línea editorial del diario nos prohíba escribir garabatos!)

Comentarios