Felipe León Díaz
Periodista
El 12 y 13 de junio pasado se realizó en Viña del Mar, Casablanca y Quilpué una nueva versión del Encuentro Empresarial que anualmente organiza ProChile. Y por tercer año consecutivo, uno de los sectores económicos presentes fue la música, gracias al trabajo que ha realizado la Industria Musical de la Región de Valparaíso, Imuva, agrupación gremial que reúne a los sellos, agencias y empresas en general de esta área, ligada a las Industrias Creativas.
Se trató de una instancia significativa para quienes participaron de ella, abriendo nuevas posibilidades de exportación, porque las empresas regionales ligadas a la música tuvieron la oportunidad de participar en una rueda de negocios con relevantes importadores de Perú, Colombia, México y Canadá. En estas breves reuniones, mostraron el material de distintas agrupaciones musicales de la región, generando así contactos y lazos de trabajo en conjunto.
Y estas jornadas arrojaron frutos: la banda de RAP y música negra quilpueína, Steppin Cerca, recibió la invitación para participar en la Semana de las Juventudes, que se llevará a cabo en México, en el mes de noviembre. También, en Viña del Mar y Quilpué, hubo “showscase” o presentaciones en vivo de proyectos musicales, permitiendo un espacio para que estos importadores pudieran apreciar el show de las bandas regionales.
Lo interesante de todo esto es que oportunidades como éstas hace 10 o 20 años eran impensables. La música siempre ha estado ligada al mundo de la cultura y las artes, donde lo importante es entregar las herramientas y espacios para generar actividades artísticas y que las personas puedan disfrutar de una muestra o show. Bajo esta lógica, hasta hace unas décadas las proyecciones de una banda emergente no pasaban de grabar una canción, un disco o presentarse en vivo.
Pero hoy la escena es distinta. En Chile y particularmente en la Región de Valparaíso existe una industria de la música, para algunos incipiente, o incluso precaria, pero que existe y está creciendo, con un número importante de sellos y agencias, todos muy distintos, que sin duda necesitan fortalecerse, pero están desarrollándose. Y lo interesante es que el Estado no se ha restado de este fenómeno, todo lo contrario, porque al parecer está entendiendo que la música ya no es solo parte del folclore o el arte, sino una alternativa de desarrollo para el país.