La música es un trabajo y puede movilizar la economía

Publicado el at 6:12 pm
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Felipe León Díaz
Periodista

Hoy en día viajar en el Metro Valparaíso trae consigo no solamente disfrutar de un traslado más económico, placentero y rápido que otros medios de transporte, sino también es habitual escuchar a vendedores de diversos productos -la gran mayoría golosinas- y músicos, quienes aprovechan este espacio para mostrar su arte. Sobre estos últimos me quiero referir en la presente columna. El fenómeno de los cantantes callejeros no es casual y es importante abordarlo con altura de miras.

En un país donde una parte importante de la población piensa que el arte es un pasatiempo y una disciplina que los jóvenes debieran practicar como una actividad secundaria a una profesión y oficio tradicional, el trabajo de los músicos es mirado en menos. Eso conlleva a que su labor no sea valorada por sus potenciales empleadores: dueños de locales, restaurantes, productores de eventos, municipalidades y el Estado, aunque éste último es el actor que mejor paga a los músicos nacionales.

En ese contexto, los músicos se han visto obligados a buscar espacios donde demostrar sus habilidades artísticas y el Metro ha sido la alternativa para muchos. Se trata de un lugar que por su naturaleza tiene un importante flujo de público sumamente diverso, con una movilidad constante entre cada estación y gracias a la alta frecuencia de trenes, hay artistas que ganan entre 15 o 50 mil pesos diarios, si no más en ciertos casos.

Pero la música en vivo en los vagones del tren que recorre entre Valparaíso y Limache sigue siendo una actividad no permitida por Merval, a pesar que hoy quienes se presentan habitualmente en el Metro ya no tienen mayores problemas con los guardias de seguridad, a quienes ven y de inmediato, por respeto a su trabajo, dejan de tocar si lo están haciendo.

Frente a esta realidad, es hora que como sociedad hagamos una reflexión más profunda sobre el desarrollo de las artes en nuestro país. En ese sentido, los empleadores deben entender que la música es el trabajo de los músicos, aunque suena una obviedad decirlo, por lo mismo a quienes tocan un instrumento y cantan se les debe pagar por sus presentaciones en vivo.

Esta dinámica permitirá además fortalecer la industria musical, haciendo que la pieza fundamental, el músico, opte por lo servicios profesionales que potenciarán su trabajo, abriendo nuevas fuentes de ingresos y generando la capacidad de ofrecer empleo a pequeñas, medianas y grandes empresas vinculadas a esta área. Cuando todos entendamos que la música puede movilizar la economía, la visión de la gente sobre el músico cambiará.

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