Actualmente duerme en el segundo piso pero deben subirlo a pulso por una estrecha escalera
LA LIGUA.- Si hablamos de esfuerzo y de luchar para hallar solución a complejos problemas, no se puede dejar de mencionar a la familia de Salomón Cortés Brione, de 53 años, quien requiere urgente ayuda para su nieto Ignacio Villagra Cortés de nueve años.
La historia de Ignacio se remonta a su nacimiento, en el año 2009, cuando con su llegada alegró a quienes integran su hogar.
Lamentablemente, al cumplir los tres meses se contagió un fuerte resfrío, por lo que en tres oportunidades en un mismo día lo llevaron al Hospital San Agustín, donde le recetaron sales para hidratación oral y paracetamol.
Sin embargo, el tratamiento no surtió efecto y la enfermedad le desencadenó un paro cardiorrespiratorio, por lo que fue derivado a Quillota, desde donde -y luego de sufrir otros paros- fue trasladado al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.
Allí el lactante permaneció un mes en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde su familia recibió un lapidario diagnóstico que cambiaría sus vidas para siempre, pues Ignacio quedó con parálisis cerebral, epilepsia, trastornos para tragar, déficit visual y auditivo y un compromiso funcional severo.
Con el paso de los meses Ignacio comenzó a ser atendido en la Teletón de Valparaíso, donde comenzó a tener controles con médico fisiatra y otros especialistas, además de recibir otras ayudas necesarias para su comodidad.
Actualmente Ignacio Villagra tiene nueve años y vive con su madre, abuelos, tío y tres hermanos en la villa San Alberto, a metros de la San Expedito, en el sector alto de La Ligua. Allí pasa sus días en el segundo piso de la casa gracias al cuidado de su familia, alimentándose a través de una sonda conectada a su estómago.
EN BRAZOS POR LA ESCALERA
Pero la situación económica de esta familia es compleja y no les permite entregarle más comodidades al niño. Su abuelo comenta que “nuestros ingresos alcanzan sólo para sus necesidades básicas, con trabajos esporádicos porque tenemos que turnarnos en su cuidado”.
Por eso realizaron diversas gestiones gracias a las cuales pudieron conseguir una silla de ruedas adaptada para que Ignacio pueda pasar sus días de manera más cómoda.
Sin embargo, su habitación se encuentra en el segundo piso y para acceder, al pequeño deben llevarlo en brazos por una escalera, que se hace cada vez más estrecha a medida que Ignacio crece, lo que complica llevarlo a descansar a su cama. Y no solo es un problema de comodidad, sino también implica un alto riesgo de accidentes.
Es por eso que Salomón ha recurrido a diferentes entidades para solicitar ayuda, logrando apoyo para construir un radier para la que sería la anhelada habitación del pequeño Ignacio, pero aún le faltan los materiales para terminar la habitación.
“No es que me ayuden con todo, pero necesito colaboración con algunos materiales para construirle a mi nieto un lugar con más espacio y comodidad”, aseguró en conversación con “El Observador”. Según explicó se trata de una habitación de 27 metros cuadrados y por ello apela a la generosidad de los liguanos, a fin de cumplir el sueño de ofrecerle a su nieto una mejor calidad de vida.
Quienes puedan aportar de cualquier manera, pueden comunicarse con Salomón Cortés al 9 5350 6938.