La historia del querido profesor de La Calera que le ganó al cáncer, pero que falleció a causa del Covid-19

Publicado el at 21/01/2021
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Dejó un grato recuerdo en la comunidad por su cercanía y su vocación para enseñar

LA CALERA.- “Era un gran profesor”, decían unos, mientras otros lo describían como “un maestro de vocación”. Muchos aún no daban crédito a lo que había sucedido con Juan Campillay Berríos, querido docente calerano que falleció el sábado recién pasado a los 61 años mientras estaba internado en la Clínica Reñaca. Su figura era reconocida en la comuna por dos cosas: su apasionada labor como profesor y su cercanía con los movimientos sociales.

Nació en Vallenar aunque con el paso del tiempo llegó a Quillota y finalmente a La Calera, donde decidió quedarse a vivir. Ligado desde siempre al deporte y a su vocación de enseñar, fue docente por más de 30 años en distintos establecimientos de la comuna. Fue padre de dos hijos, Juan y Pablo, y abuelo de una niña. Por ellos sentía un profundo amor.

Pero no sólo era un maestro que enseñaba en las salas de clases sino también era de aquellos que luchaba por mejorar las condiciones del gremio. Era quien incentivaba a sus colegas a asistir a las marchas y era común escucharlo decir “pásame el megáfono y hagamos un grito para que todos nos escuchen”. Estaba consciente de las injusticias y creía firmemente que solo avanzando de manera colectiva se podrían alcanzar los objetivos.

Durante muchos años se desempeñó como profesor general básica en la Escuela Jesús de Nazaret, para luego el 2007 llegar a la Escuela Villa Florida de Las Cabritas. En ese lugar permaneció más de 20 años y se ganó el cariño de sus alumnos, apoderados y de la comunidad en general. Valoraban su cercanía y buen trato, ya que para él todos eran iguales y debían tener las mismas oportunidades.

UN LUCHADOR QUE LE GANÓ AL CÁNCER

Su salud era bastante buena, pero el 2017 se le detectó un cáncer linfático. Su carácter alegre le permitió enfrentar la enfermedad con optimismo, al punto de que, luego de varios años de quimioterapia y otros tratamientos, logró derrotar este mal. Clave en este aspecto fue también su familia y su círculo cercano, que siempre lo estuvo apoyando.

“Por más de dos años lo llevé a las quimioterapias -dice su hijo Juan Francisco- y él siempre se mostraba positivo, no le importaba estar en estas condiciones y salía igual a marchar. El pasado octubre, en el estallido social, lo pasó mal porque fue detenido y lo golpearon, pero él seguía con la esperanza y tenía sueños de cambiar las cosas”.

El cáncer era cosa del pasado y salud volvía a fortalecerse, hasta que el 14 de diciembre tuvo que ser internado en la Clínica Reñaca. La causa de su decaimiento fue una neumonía, ya que en los días previos había manifestado dificultades serias para respirar.

Su cuerpo luchó por varias horas pero finalmente dijo basta, falleciendo el sábado a las 13 horas. El informe médico dice que su muerte se produjo por una neumonía asociada al Covid-19, lo que sorprendió a su familia. Y a causa de esto no pudieron velarlo, ya que debieron trasladarlo de inmediato al cementerio Parque de Quillota.

“Fue un excelente compañero.-dice la profesora y amiga Romina Mellado, de la Escuela Villa Florida-. Era un luchador del gremio, participativo y buen compañero, de los que abrazaba en las mañanas siempre con una sonrisa. Cercano a los niños, era el artista de la escuela, ya que pintaba, cantaba, bailaba y animaba los eventos. Su partida nos deja un gran vacío”.

Por otro lado, su hijo agrega que como familia “agradecemos a todos y en especial al gremio de los profesores. Él deja una vara muy alta, ya que enseñaba con vocación y compromiso. Se entregaba por completo sin esperar nada a cambio. Luchaba para que el gremio fuera reconocido y valorado y ese es su legado”.

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