Funcionarios de la Delegación Presidencial Provincial lo acogieron, lo cuidaron en sus casas y hasta juntaron dinero para operarlo de un tumor
QUILLOTA.- El equipo de trabajo del delegado presidencial de la provincia de Quillota, José Orrego, cuya oficina se encuentra precisamente en el corazón de la ciudad, tiene una hermosa historia perruna que contar, la cual se desarrolla en estos dos años de trabajo en la zona.
Según relató a “El Observador” Katian Mardones, periodista de la Delegación Presidencial de Quillota, dentro de su interacción con la comunidad quillotana, ella y muchos de sus compañeros no pudieron evitar notar la presencia de “Chester” o “Lenguas”, como algunos lo conocen.
Se trata de un simpático perrito comunitario de color negro que destaca por su curiosa mirada, siempre con la lengua colgando por el costado de su hocico y su contagiosa alegría.
Aunque más allá de su aspecto, el can sobresale por ser el indiscutido “alfa” en su peculiar manada, que cuenta con la perrita “Bambi” y otros animales comunitarios que pululan en el centro.
“El ‘Chester’ se hacía notar porque algunas personas reclamaban que se tiraba a las ruedas de los autos, así que empezamos a tener más cuidado, pero luego nos dimos cuenta que estaba en cada acto oficial en el centro”, comentó.
La periodista agregó que el perro y sus compinches no llegaban sólo a los actos oficiales en el centro, sino también a sectores alejados como el Estadio “Lucio Fariña Fernández” o en el Hospital Biprovincial, para sorpresa de todos.
Con el tiempo, “Chester” fue cada vez más dócil con los funcionarios de la Delegación Presidencial Provincial, quienes cada día le regalaban una caricia o algún pancito para el desayuno.
Pero además, se dieron cuenta que otros trabajadores de servicios públicos hacían lo mismo. Por eso, cada mañana, el perro y sus amigos aparecen en las afueras de las oficinas del Registro Civil o la Tesorería General, en calle O’Higgins.
Cruzada solidaria
Muchos dicen que tener amigos es mejor que tener dinero. Y para “Lenguas” eso ha sido una realidad, ya que hace tres meses uno de sus amigos de la Delegación, el veterinario Luis Vergara, notó algo que lo preocupó: el can tenía un tumor en el trasero que afectaba mucho su calidad de vida. De inmediato se corrió la voz y comenzó una cruzada solidaria para operar a “Chester”.
El primero en colaborar fue el mismo Luis Vergara, quien ofreció intervenir gratis a su perro amigo con el apoyo de sus colegas de la Clínica Veterinaria Integral de Viña del Mar, lo que reducía el costo de más de un millón de pesos a algunos cientos de miles, monto que los funcionarios de la delegación lograron reunir con donaciones voluntarias.
La recurperación
Luego vino lo difícil, ya que tardaron más de dos días en atrapar a “Chester” a fin de que hiciera el ayuno necesario para sus exámenes. Pero con amor y mucha paciencia, el equipo veterinario logró finalmente extirpar el tumor.
Luego, tras varios días de desórdenes, ladridos, gritos y muebles destrozados en las casas de varios funcionarios de la delegación y del coordinador de Seguridad Pública del municipio, Gabriel Orellana -quien también colaboró en la cruzada solidaria-, el animal volvió a la calle a reunirse con sus amigos.
Quienes lo ayudaron trataron de adoptarlo, pero los años de calle de “Chester” fueron demasiado fuertes, por lo que tras innumerables escapadas, decidieron liberarlo nuevamente, aunque sagradamente lo buscan tres veces al día para efectuar curaciones en la herida que aún no sana por completo.
Y aunque les gustaría haber hecho más, los tranquiliza saber que el perrito ha vuelto a ser feliz en su hábitat natural, las calles de Quillota. Lo importante es que, a pesar de su libertad, no ha dejado de ser vigilado y cuidado por sus amigos que hasta el día de hoy velan por su salud.
