Por: Hugo Cruz Cisterna, académico de la carrera de Enfermería de la Universidad Viña del Mar.
REGIÓN.- Hace un tiempo se dieron a conocer los primeros casos de gripe aviar en aves silvestres en América Latina. La OPS advirtió sobre la necesidad de controlar los posibles brotes en la región de las Américas. Específicamente se trata del subtipo A H5N1 de la gripe aviar que circula entre aves silvestres y puede contagiar aves domésticas o de corral.
Una niña de 9 años en Ecuador fue el primer caso en América Latina en presentar síntomas gripales en diciembre de 2022, luego de estudios en laboratorios se confirmó su diagnóstico en enero de 2023. Su familia había comprado 100 gallinas en el mes de diciembre de 2022, todas ellas murieron a causa del virus subtipo A H5N1 causante de la gripe aviar.
En Chile, se detectó el primer caso en una planta industrial de producción avícola a mediados del mes de marzo de 2023, en la que sacrificaron las aves de corral y se aisló el sector. Estos dos casos tienen en común la forma de contagio de aves silvestres a domésticas y de ahí a humanos.
El peligro de traspaso del virus desde aves y animales silvestres a aves domésticas y otros animales es latente. En nuestro país se ha constatado la presencia del virus de la gripe aviar en pingüinos de Humboldt en la Región de Coquimbo, pelícanos en la Región del Biobío, en lobos marinos y chungungos en la Región de Tarapacá y Arica.
Para el traspaso del virus a humanos se requiere un contacto directo o cercanía con las aves que ya estén contagiadas. Estamos entonces hablando de enfermedades infectocontagiosas que se transmiten naturalmente entre humanos y animales y viceversa; es decir, se trata de las llamadas Zoonosis. La salud humana y animal están evidentemente interconectadas; en el caso en particular de la gripe aviar, las personas que trabajan en faenas avícolas o que mantienen aves de corral se encuentran en una zona de comunicación o interfaz que facilita el traspaso y la propagación del virus entre humanos. Respecto de ellas, se debe mantener una vigilancia epidemiológica estrecha, detectando sintomatología de gripe o influenza, confirmando casos a través de testeos, indicando aislamiento y tratamiento.
Por lo tanto, se requiere una vigilancia epidemiológica animal y humana muy estrecha, poniendo énfasis en las personas que se encuentran en la zona de interfaz tanto a nivel de faenas avícolas como a nivel rural para evitar brotes en humanos y posibles epidemias regionales. Una vez más, queda en evidencia la necesidad de una atención sanitaria que se enmarque en una red de salud pública fortalecida, vigorosa y cercana a la población.
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