Ya fue lanzada la obra escrita por Roberto Silva Bijit y Francisco Manzo Baeza, con colaboraciones de comunicadores locales
QUILLOTA.- Para producir la obra se reunieron un historiador con un ingeniero, varios periodistas y un abogado. Entre todos entregaron este jueves un libro de 340 páginas y dividido en 22 capítulos, que trae 520 fotografías y un material atractivo no sólo para los deportistas e hinchas de San Luis sino para toda la comunidad, porque se trata de un libro más sobre la rica historia de Quillota.
Los autores principales de “La gloriosa historia de San Luis de Quillota” son el historiador Roberto Silva Bijit y el ingeniero Francisco Manzo Baeza, (no se habría podido escribir esta obra sin el monumental archivo de “Pancho” Manzo), acompañados por el redactor Miguel Núñez Mercado y el abogado Mauricio Morales Tortora, más un amplio equipo de prensa compuesto por Víctor Vargas, Julio Cifuentes, Juan Carlos Reyes, Mario Campos, Gustavo Rodríguez, Hernán Hernández y Diego Rotten.
El lanzamiento del libro se postergó hasta que pase la pandemia, pero el jueves se hizo una entrega simbólica de la obra -con los dirigentes de San Luis- al alcalde Luis Mella, quien respaldó la publicación desde el municipio. El libro ya se encuentra a la venta en las oficinas de “El Observador”, en calle La Concepción 277, en Quillota, así como también en las oficinas de La Calera, Limache y La Ligua, todas entre las 9 de la mañana y las 2 de la tarde. Está impreso en colores, tiene un gran formato y su valor es $ 15.000.
Conversamos con el historiador y periodista Roberto Silva Bijit, que estuvo al frente de la publicación. Sus primeros comentarios son que “cumplimos con entregar la historia de una institución centenaria de la ciudad, que tiene una bellísima trayectoria, convocando a miles de personas al estadio, a seguir a su equipo o a vibrar con una camiseta que se ha transformado también en el emblema de Quillota. Se trata de familias que han ido heredando el ser sanluisinos y que hoy conforman un valioso grupo”.
Respecto de cómo enfrentaron el desarrollo de la historia, Roberto Silva asegura que “partimos contando lo que había de deportes antes de San Luis y cómo era Quillota entre 1900 y 1919, año de la fundación del club. Después contamos los primeros 33 años, donde transcurre su vida amateur, con viajes al extranjeros y figuras tan destacadas como Oscar Alfaro, Chincolito Mayo y Carlos Hill”.
En su análisis de la historia de San Luis, el historiador distingue cuatro hitos fundamentales: “La fundación en el seno del Instituto Rafael Ariztía, en una sala de clases, por un grupo de alumnos (8 diciembre de 1919); el ingreso al fútbol profesional en 1953, que se suma al primer campeonato ganado en 1955 y el mejor equipo de todos los tiempos en 1957, que debió ser campeón de Primera División si no hubiese sido por la traición de algunos jugadores argentinos, alentados por el colista Universidad Católica”.
“Después nos encontramos con el equipo goleador de los años 80, donde brilla Pato Yáñez, Pindinga, Pititore y el mítico “Punto” Silva. Finalmente, cierra estos hitos el campeonato del 2015, el último gran triunfo de los canarios”, concluye el historiador.
– ¿Cómo nace su amor por el equipo?
“Tengo mucho San Luis en mi vida y en mi corazón. A mi papá, Leopoldo Silva Reynoard yo lo llamo en refundador de San Luis, porque lo lleva a la vida profesional y reorganiza la institución. Crecí con San Luis en mi casa y con un papá que durante toda su vida nos demostró su inmenso amor por el cuadro amarillo, a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos”.
– ¿Cuál es el mejor jugador que vio?
“René Quitral, un arquero de película. Recuerdo muchas atajadas increíbles, pero hay dos, en los últimos minutos con Colo Colo, en el Estadio Nacional, que el árbitro vendido cobró dos penales y los dos los atajó Quitral. Gracias a eso le ganamos 3 a 2 a los santiaguinos”.
– ¿Qué considera imperdible del libro?
“A mí me gusta todo el libro, pero creo que hay varios capítulos que son muy interesantes, ya sea porque son novedosos o porque se refieren a momentos estelares. Por ejemplo, creo que es muy bueno el capítulo 7, donde Francisco Manzo cuenta la gira que San Luis hizo al Perú, con antecedentes que se trajo del mismo país hermano. También es un aporte el capítulo 14, titulado “La injusta historia de cómo San Luis, que pudo ser campeón, terminó condenado al descenso”, en que por primera vez se presenta una completa cronología de todo lo que nos pasó entre 1957 y 1958, después de una detallada investigación de los diarios de la época. Se puede concluir que la movilización del 7 y 8 de mayo de 1958 es la más grande que hayan realizados los quillotanos en toda su historia. Y finalmente, creo que Víctor Vargas realiza un excelente retrato de los fatídicos trece años que jugamos en los potreros (1990 a 2003), cerrándolos con el potente tiro libre de Patricio Pérez y su gol histórico en Los Ángeles. La invitación está hecha: a leer el libro de San Luis en plena cuarentena”.