Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Aunque muchos no lo sientan así, recorrer una Feria del Libro es siempre una oportunidad para el espíritu, porque es la posibilidad de encontrarse con un texto escrito que nos pueda transportar, que nos puede llevar por los caminos de la imaginación y la reflexión.
La Plaza de Armas de Quillota es el escenario en que se desarrolla la feria, que tiene un ambicioso programa de presentaciones de libros, conversatorios y diálogos culturales.
La feria permanecerá abierta hasta el viernes 9 de diciembre, con muchos stands que nos ofrecen grandes temas, la presencia de importantes invitados y la oportunidad de comprar libros a precios razonables.
La vida les cambia a las personas que sienten gusto por la lectura, porque abren su mente a nuevos horizontes. Ese gusto por la lectura generalmente es adquirido. Lo vimos en nuestros padres, en nuestros amigos, en los profesores. Alguien nos ayudó a comenzar a leer, a tomar el primer libro y sentir agrado de lo que leímos.
Pocos momentos son tan maravillosos como dejarse llevar por una buena historia escrita, donde uno va participando con los personajes, imaginando lo que el autor del libro nos insinúa, o simplemente, gozando con un texto bien escrito.
Leer nos hace mejores porque estimula dos aspectos fundamentales: nos desarrolla la imaginación y mantiene alertas todas las capacidades de nuestra mente. La imaginación es esa ancha puerta abierta a todos los mundos posibles e imposibles, donde encontramos alegrías y respuestas sobre la vida. La capacidad de leer hace que los dos hemisferios de nuestra mente trabajen, que las neuronas se activen para entender cada línea que captan nuestros ojos, para que tengamos esa sensación de felicidad, preocupación o entusiasmo que nos brinda la lectura.
Mucha gente no tuvo el gusto inicial de la lectura, porque nadie los guió por el amplio camino de las letras. Aquí leemos poco, tenemos pocas librerías y poquísimas librerías de viejo o libros usados.
Cuando uno viaja ve en otros países, mucha gente leyendo en las plazas, en los cafés, en las salas de espera, en los trenes y buses. Pareciera que saben que no alcanzarán a leer todo lo que quisieran, porque su vida es más corta que ese ideal.
Lamentablemente, los libros se deben seguir vendiendo con el IVA, un impuesto que recarga su valor en un 19%, lo cual, como quiere que se mire, es un verdadero impuesto a la cultura y una barrera más para que aumente el número de lectores.
Pero, así y todo, el gusto por la lectura es fundamental, por eso que resulta reconfortante visitar la Feria del Libro de Quillota, conversar con los expositores o con sus organizadores y participar del completo programa que han preparado.
Para aumentar el número de lectores, los papás deben incentivar la lectura leyendo con sus hijos, contándoles cuentos en las noches y en el día, conduciéndolos hacia el desarrollo de su imaginación, al entendimiento de nuevos procesos, a la alegría de sentirse mejores personas, más completas en su saber.
No hay otra manera de inaugurar el gusto por la lectura que haciendo que nuestros niños se sientan felices con las historias que les contamos. Después será fácil… ellos seguirán leyendo.
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