Crucino evitó posible femicidio mientras compartía un asado con unos amigos venezolanos
LA CRUZ.- Hace tres años, Mario conoció a un matrimonio venezolano radicado en la zona, con quienes habitualmente se reunía para compartir y conversar. Así pasó este sábado, cuando se juntaron luego de cinco meses sin verse a raíz de la pandemia. De hecho, durante este tiempo sólo se comunicaban por teléfono para evitar mayores riesgos.
La jornada comenzó temprano con un asado que convocó al amigo crucino y a la familia de los dueños de casa, ubicada en el condominio Las Araucarias. Todo transcurría con total normalidad y en medio de un ambiente festivo, hasta que poco a poco el resto de la gente comenzó a retirarse del lugar. Solo quedaron Mario y el matrimonio venezolano.
Eran casi las 10 de la noche, por lo que todo llegaría a su fin. Pero fue en ese momento cuando la historia tuvo un vuelco que casi termina en tragedia. “El hombre, de repente y en una fracción de segundo, empezó a insultar a su mujer. No sé por qué. Lo mínimo que le dijo fue ‘maraca’”, contó Mario.
“Luego él le tiró un combo. No hubo cachetada ni nada, de inmediato un combo. La mujer quedó en una esquina y el tipo siguió golpeándola con más combos y patadas. Por eso me metí entre medio. Él es más macizo y más alto que yo, por ende, tenía más fuerza”, describió.
BRUTAL AGRESIÓN
“Me empezó a pegar pero yo quería quitarle a la mujer de encima -agregó-, si no, la iba a dejar muy mal. En ese momento, por lo que recuerdo, traté de tomar unas tijeras o una cuchilla chica para defenderme. En eso se da cuenta la mujer y me tiró el cuerpo hacia atrás, posiblemente para que no dañara al marido”.
La situación pudo haber quedado ahí, pero en ese instante pasó lo peor. “No sé cómo, pero él tomó un cuchillo carnicero y me lo enterró en la cara, a un costado del ojo izquierdo. Caí al piso y el hombre se ensañó. Me quería matar. La mujer intento tirarse de encima para evitar los golpes pero él siguió atacándome. Me dio también unos cortes en el pecho”, agregó.
En un momento de descuido por parte de su agresor, Mario logró zafarse. “Salí hacia la reja y empecé a llamar a Carabineros. Tenía todas las manos con sangre, al igual que la ropa. De eso se dio cuenta la hija del tipo que me golpeó y ella me llevó a emergencias. Ingresé y allí me dejaron con un cirujano. Me pusieron siete puntos en la cara y después tuve que ir a poner la constatación de lesiones a la Tenencia de La Cruz”, aseguró.
Consultado sobre qué lo motivó a actuar de esta manera, dijo: “Lo que pasó era a mí o a ella. Así que al final yo recibí todo. La mujer quedó con unos machucones, pero no sé si ella pondrá una denuncia o algo así. Al parecer, siempre hubo maltrato pero todos han tenido miedo. Yo no quise hacer vista gorda con lo que pasó. Hubiese sido terrible saber al otro día que un hombre había matado a una mujer, siendo que pude haber hecho algo”.
Todos los antecedentes fueron expuestos en la Tenencia de Carabineros de La Cruz, al menos en cuanto a la agresión contra el crucino. Sobre si la mujer puso una denuncia por violencia intrafamiliar, él no lo sabe: “A veces la veía con los ojos morados y me decía que se caía, pero ahora sé que no era así. Igual al otro día fue a mi casa a pedirme que le bajara el perfil a la situación, pero no puedo hacer eso”.
