Joselo Bórquez, artista y muralista calerano, quiso homenajear a su madre y sus abuelas con la llamativa obra.
LA CRUZ.- Cada vez que el muralista Joselo Bórquez Astorga llevaba a su hija al colegio, desde La Calera hasta Quillota, miraba con ojos de artista un espacio que, a su juicio, era ideal para ser intervenido con algún diseño.
Este lugar se encontraba en avenida 21 de mayo, a la altura del paradero 10 de La Cruz, donde tras una serie de gestiones finalmente pudo concretar su trabajo, el que por cierto ha tenido positivas repercusiones.
Cabe destacar que, para lograr esto, pensó en su niñez y en las reuniones familiares, para luego comenzar a gestar la idea de hacer algo que recordara esos días. Posteriormente, pensó en el diseño y fue a conversar con la dueña del muro. “La señora Silvia se mostró de inmediato muy interesada. Le mostré lo que pretendía hacer y le gustó. Igual ella tenía una cercanía con el arte, así que accedió fácilmente”, explica Joselo Bórquez, artista de La Calera.
De esta forma, el artista quiso homenajear a sus abuelas Clementina y Ema y, a través de ellas, a su madre. El mural se llama “La loza bonita”, pues decidió tomar los diseños de la clásica marca Lozapenco. Ésta formó parte de muchos hogares de Chile y, en su caso, perteneció a su madre como herencia de su abuela. “Es parte de la familia chilena. Es un recuerdo de las celebraciones con mis abuelas”, añade.
Para lograr su objetivo, tomó una taza como referencia y comenzó a pintar, utilizando la técnica del grafiti y pintura en spray. Demoró dos días, el primero de ellos en limpiar el muro para luego poner la base del blanco. “Era un muro de adobe, antiguo, y que se estaba desmoronando, por lo que implicó trabajar bastante“, recuerda. Una vez finalizado el mural, las redes sociales hicieron lo suyo de forma casi instantánea.
Se viralizó rápidamente en TikTok e Instagram, con múltiples visitas y comentarios felicitaban al artista calerano pues, para muchos, los recuerdos afloraron.
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“Varias personas escribían que se acordaban de sus abuelas, de sus comidas o de las reuniones familiares. Siempre soy un agradecido de la buena energía de la gente, es bonito y motivante el reconocimiento”, dice.
Murales con objetos muy reconocibles
A modo de anécdota, Joselo Bórquez comenta que días después de terminado el mural debió volver al lugar. “Cuando lo hice borré el número de la casa y tuve que volver después a pintarlo”, comenta.
Este nuevo y hermoso trabajo se suma a otros que Joselo Bórquez ha hecho en La Calera, como aquella intervención en un quiosco de calle Pedro de Valdivia que pintó como una clásica caja de vino.
También destaca el mural con las ya históricas y tradicionales sandalias Zico, las cuales están presentes en un muro de La Calera. Diseños que, sin duda, quedan en la memoria de todos.
