La Constitución del 80, escrita 43 años atrás, no resuelve los problemas actuales de seguridad

Publicado el at 7:24 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

Partamos de la base que la mayoría de los chilenos cree que la seguridad es su preocupación principal, su mayor problema y su angustia sostenida por décadas.

La Constitución del 80, con todos sus arreglos posteriores, no enfrenta la peligrosa situación delictual que vivimos hoy día. Como ya sabemos, votar En Contra es mantener vigente esa antigua e ilegítima Constitución, por lo tanto, bien vale la pena revisar qué cambios ofrece el nuevo texto.

La propuesta de constitución consagra el derecho a vivir en un entorno seguro y la protección efectiva de las personas contra la delincuencia, especialmente contra el terrorismo y la violencia criminal organizada. Eso no estaba en ningún texto antes. Crea una policía fronteriza y le da autonomía a las Fuerzas Armadas para controlar, en conjunto con Carabineros, nuestras fronteras de aire, mar y tierra, por donde hoy día ingresan miles de delincuentes extranjeros.

Para las policías la nueva Constitución mantiene el rol profesional de Carabineros, establece que la ley determinará el uso de la fuerza (un reconocimiento a la Ley Nain-Retamal), establece un uso legítimo de la fuerza de Gendarmería, además de su rol rehabilitador. También establece la colaboración preventiva con los municipios, como una norma legal y no gracias a las buenas relaciones, como sucede hoy día.

Otro aporte fundamental es la creación de la Defensoría de las Víctimas, para terminar con el absurdo que el delincuente tenga un abogado pagado por el Estado y las víctimas se queden sin protección. También se agrega la protección con un apoyo sicológico y social para las víctimas.

Se crea una Fiscalía Supraterritorial, que podrá coordinar, con equipos propios, acciones contra delincuentes que abarcan varias regiones o se mueven desde el extranjero. Es la manera de perseguir los delitos que trascienden nuestras fronteras regionales, como ocurre con el terrorismo en el sur o con el contrabando en el norte.

La mejor manera de combatir a la delincuencia es como lo hace la propuesta constitucional: fortaleciendo la persecución, dándole más fuerza a las policías y generando la coordinación con los municipios.

En verdad, el país está sumido en la más absoluta inseguridad, la gente no quiere salir en la noche, hay bandas que atacan casas habitadas, los portonazos y encerronas son a plena luz del día, el comercio cierra a las seis o siete a más tardar, las calles quedan vacías después de esa hora. La seguridad no funciona y el gobierno no ha tomado las decisiones necesarias para corregir el principal problema de la gente.

No nos podemos quedar con una Constitución obsoleta que el 80% de los chilenos rechazamos en un plebiscito. No nos podemos quedar atrás en la pelea contra la delincuencia, porque ellos van más rápido que nuestras instituciones. Tenemos que terminar el proceso y dedicarnos a los grandes temas país. El En Contra quiere mantener la Constitución del 80 y el A Favor quiere que tengamos un nuevo texto constitucional, moderno y eficiente.

Si seguimos con las manos en los bolsillos, mirando cómo los delincuentes se toman nuestras ciudades, estamos perdidos en la gran tarea de alcanzar la tranquilidad de vivir en un entorno seguro.

 

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