Hace ocho meses, más de cinco mil personas hicieron historia al salir a las calles de Villa Alemana para marchar en oposición a la construcción de la termoeléctrica “Los Rulos” que pretende instalarse en el sector de Los Laureles en Limache y que afectaría con su contaminación a gran parte de la región interior.
En ese momento, se mostró un ánimo impresionante de la gente que se volvió a ver reflejado en otras manifestaciones masivas en Quilpué, Limache y Olmué, donde también acudieron miles de personas.
Pero la verdad es que, al pasar los meses, y con el cambio de agenda mediática producto de las elecciones presidenciales, parecía que el movimiento contra la termoeléctrica se hubiera ido diluyendo y debilitando. No había nuevas manifestaciones y la atención se había desviado plenamente a las campañas políticas.
Sin embargo, esto sólo fue una sensación, ya que el domingo recién pasado la ciudadanía demostró todo lo contrario. En una marcha convocada por los movimientos ambientalistas, los vecinos salieron nuevamente a marchar en Villa Alemana. Fueron más de tres mil personas las que asistieron, exigiendo su derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y pidiéndole al gobierno que sea consecuente con su política de fuentes de energías limpias y que cancele “Los Rulos”.
Sin duda, fue una demostración de fuerza que impresionó a todos quienes pensábamos (me incluyo) que el movimiento quizás caería por cansancio. Es que claramente la gente demostró que la indignación por el proyecto energético es tremenda, acudiendo a esta manifestación que -cabe mencionar- no contó con la presencia de algún artista de renombre como las veces pasadas. Fue pura convicción.
Lo cierto es que esta marcha fue clave para el movimiento. Fue quizás la fuerza que se necesitaba para que muchos volvieran a animarse a enfrentarse a este mega proyecto energético que está pasando por un momento clave en su tramitación, pues el Comité de Ministros, en los próximos días debería votar si aprueba o rechaza los recursos de invalidación presentados por agrupaciones indígenas.
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Ahora es fundamental volver a salir a las calles, realizar actividades de concientización, informar a la gente y reactivar esta temática que es tan importante para nuestra zona. Porque sólo sacando a la luz pública los procesos que se llevan adelante en la Intendencia sobre la termoeléctrica, se podrá generar atención y presión ciudadana que es clave para detener a esta mega industria que cambiaría negativamente la calidad de vida de cientos de miles de personas.
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