Baltazar Venenciano Aguirre tiene un talento innato para la percusión y acompaña a la conocida barra calerana, la que asistió a su cumpleaños para sorprenderlo
LA CALERA.- La lucha de los hinchas de Unión La Calera es una sola en este momento: recuperar la histórica insignia, cambiada obtusa y unilateralmente por los actuales administradores de la sociedad anónima. Sin embargo, también se dan tiempo para desarrollar una serie de actividades de carácter social.
Una de ellas es la de asistir a cumpleaños o eventos donde son invitados literalmente con bombos y platillos. Así fue como el sábado pasado llegaron hasta el paradero 23 y medio en La Cruz para asistir a una fiesta de cumpleaños muy especial.
Ese día, el pequeño Baltazar Venenciano Aguirre cumplió cuatro años. Su padre, Alejandro Venenciano Vivanco, decidió invitar a los jóvenes de La Banda Cementera para darle una sorpresa a su pequeño hijo, quien es considerado por los barristas como el integrante más pequeño de la agrupación.
Y lo anterior no es solo un decir, ya que el pequeño Baltazar -pese a su corta edad- ha demostrado tener grandes condiciones para la percusión desde los dos años de vida. Su padre cuenta que a esa edad, motivado por su abuelo, se interesó en la música y mientras él tocaba la guitarra el niño lo acompañaba con la percusión.
La música y Unión La Calera van de la mano para Baltazar. Su padre cuenta que “él prácticamente desde que nació va al estadio, pero desde los dos años y medio comenzó a observar a la Banda cuando el equipo jugaba en Quillota. Los miraba y entonaba los cánticos, se los sabe todos”.
En la misma época su abuelo le regaló una pequeña batería plástica primero y luego una adaptada para su edad. Fue con ella que comenzó a replicar las canciones de la Banda Cementera en su casa, pegándole a la caja, el bombo y el platillo, con un talento innato.
Junto a la ida a los estadios se sumaron un par de “banderazos”, a los cuales Baltazar llegaba con su caja imitando la performance de los integrantes de la barra. Su padre se comunicó con ellos y en julio de este año el pequeño percusionista asistió a un ensayo de la Banda Cementera, que se realizó en el Parque Municipal. Pero además, lo invitaron a ser parte de cada actividad pública de los barristas, acompañado con su tamborcito.
SENTIMIENTO ROJO
“La verdad es que él tiene un sentimiento por Unión La Calera muy fuerte. Tengo claro que aún no sabe lo que es perder o ganar y tampoco conoce mucho a los jugadores. Él toca y canta y su cariño es por el club”, comenta Alejandro Venenciano, que se emociona al relatar la reacción de su pequeño hijo a pocos días del cambio de la insignia, donde quedó claro que identifica a Unión La Calera con el histórico emblema. “Lo llevé a la tienda del club y le mostré dos camisetas. Una con la insignia histórica y le pregunté qué es esto y dijo ‘Calera’ y cuando le mostré la otra con la insignia actual, dijo ‘no sé’”.
El día de la celebración de su cumpleaños, sus padres (Alejandro y Loreto Aguirre), le tenían un regalo especial: un repique, igual al que usan los barristas. Eso, sumado a la presencia de La Banda Cementara, completó el cuadro. Su felicidad era total.
Sus padres saben que tiene talento y aunque por ahora asiste al jardín infantil, confían en que el próximo año cuando ingrese a kínder pueda asistir a un colegio donde se potencie su indudable condición musical. Mientras eso sucede, el pequeño Baltazar Venenciano seguirá cantando y tocando junto a la Banda Cementera, siendo su más pequeño instrumentista y un fiel hincha de los rojos.
