El siniestro se originó en extrañas circunstancias y sólo se salvaron sus mascotas y los libros que vende en la feria
LA CALERA.- Para muchas personas las mascotas son parte de su familia, pues a diario, perros, gatos u otros animales de compañía son fieles compañeros, especialmente para algunos solitarios que en muchos casos solo cuentan con el amor de sus mascotas.
Probablemente uno de estos casos es el de Jorge Castillo Madariaga, un comerciante de 53 años, quien la madrugada del miércoles vivió uno de los momentos más impactantes de su vida y en el que terminó arriesgando hasta su propia vida para salvar la de sus queridos perros.
Jorge comenzó a trabajar vendiendo libros hace cinco años en la feria minorista de La Calera, las ventas eran buenas por lo que con el paso del tiempo decidió que lo mejor era venirse desde su natal Viña del Mar a tierras caleranas. Hace tres años comenzó una nueva vida como calerano, viviendo en la calle Gabriela Mistral de la Población El Trigal.
En un principio Jorge vivía solo, sin embargo con el paso del tiempo, el hombre fue dejando atrás su soledad, gracias a la compañía de algunos perros que comenzó a adoptar, que poco a poco fueron subiendo en cantidad hasta llegar a tener siete mascotas que alegraban sus días, más no la de sus vecinos, quienes constantemente le reclamaban por los animales.
“Me decían que los perros se pasaban a la casa del lado y mataban a los gatos y casi atacaban a los niños, pero eso no es cierto, es verdad que saltaban a las casas de los vecinos, porque son juguetones, pero son tranquilos”, defiende Jorge a sus mascotas.
VORAZ INCENDIO
Así transcurría la vida de Jorge, con cierta tensión entre él y sus vecinos por causa de sus mascotas, pero la madrugada del miércoles 19 de junio un terrible hecho convertiría eso en el menor de sus problemas.
Cuando eran cerca de las 3 de la madrugada una intensa luz despertó a Jorge de su sueño, “por la ventana vi la calle muy iluminada” contó el hombre, quien añadió que “me levanté para asomarme y vi que era mi propia casa la que se estaba quemando por fuera”, relató aún impactado por la situación.
Aún sin tener plena dimensión del hecho, Jorge abrió la puerta y se encontró cara cara con un infierno, “vi todo lleno de llamas y se empezó a meter el humo, en ese momento lo primero que hice fue pensar en los perros, o salvo mis cosas o los rescato a ellos”, agregó el feriante, quien rápidamente sacó a todos sus animales de la casa antes de desfallecer producto del humo tóxico y el esfuerzo realizado. “En un momento vi todo blanco y me dije ‘cagué, hasta aquí no más llegué’”, confesó, sin embargo no alcanzó a perder la conciencia, “quedé muy mal, pero logré salvar a mis perros y eso es lo importante”, dijo.
Con el paso de los minutos el fuego amenazó con afectar también a la casa contigua, sin embargo la llegada de bomberos impidió que las llamas consumieran en su totalidad la vivienda vecina, que sólo terminó afectada en menor medida por las llamas y el agua.
Según manifestó Héctor Navarro, encargado de Protección Civil y Emergencias de la Municipalidad, debieron concurrir tres compañías de bomberos de la ciudad, que fueron apoyadas por el camión aljibe municipal.
SOSPECHOSO INCENDIO
Durante la mañana se hizo presente personal del Laboratorio de Criminalística de Carabineros, quienes se harán cargo de las investigaciones para determinar las causas del incendio, sin embargo, para el afectado las circunstancias son muy extrañas. “Los mismos carabineros me dijeron que es todo muy raro, porque el fuego se habría originado en un sector donde no hay un poste de electricidad cercano ni una toma de corriente”, explicó Castillo.
Pese a que Jorge señala que “el barrio no es bueno”, también asegura que no lo abandonará, ya que si bien él arrienda la casa siniestrada, pretende comprar el terreno, planes que no cambiaron a causa de este incendio. “Mi abuela va a comprar y no pienso irme” aseguró.
Jorge, quien sólo quedó con un pantalón y descalzo, ha recibido el apoyo de algunos de sus vecinos y de la Municipalidad de La Calera, especialmente de los funcionarios de la Oficina de Inspección, con quienes comparte en la feria y quienes se encargaron de cuidar su carro con libros -que afortunadamente no resultó dañado- y a sus perros, el gran tesoro de este animalista.