Por Eva Márquez Estay
Periodista
Hace un tiempo, conversando con un colega sobre el estado actual de las remuneraciones para las mujeres, le comentaba que el tema afecta a miles de chilenas en todas las labores y esferas sociales; donde las oportunidades, la carga laboral, los planes de salud y hasta el pago parecieran estar hechos para un mundo de hombres, un mundo en el que nosotras somos “facilitadoras” del trabajo para que sean ellos quienes reciban los reconocimientos y las utilidades.
Un estudio que salió a la luz en septiembre de 2017 que titula “Mujeres en el mundo laboral: más oportunidades, crecimiento y bienestar” realizado por la Comisión Nacional de la Productividad (CNP), sitúa a Chile como el país peor evaluado entre los sudamericanos y con el puesto 119 entre 144 en el mundo en cuanto al índice de participación y oportunidad económica para las mujeres; considerando las brechas de participación laboral femenina versus masculina; de remuneración por trabajos similares; de número de mujeres en directorios, cargos gerenciales y de representación política, entre otras.
El estudio propone urgentemente una política que empodere y posicione a la mujer y que al mismo tiempo busque elevar la productividad, incrementando la tasa de participación laboral femenina; reduciendo las diferencias ocupacionales por género; empoderando económicamente a la mujer y disminuyendo las desigualdades impuestas por nuestra cultura.
Para ello entregan 14 recomendaciones que se pueden agrupar en torno a tres ejes, los que incluyen elevar la participación laboral femenina socializando el costo de los cuidados de nuestras personas dependientes sin distinción de género; reducir los costos de la mujer para participar en el mercado laboral permitiendo, entre otras cosas, una mayor adaptabilidad laboral y por último, promover un cambio cultural que empodere social y económicamente a la mujer y corrija los actuales sesgos culturales desiguales. El estudio y propuestas los puede encontrar en https://www.comisiondeproductividad.cl/mujeres-en-el-mundo-laboral-mas-oportunidades-crecimiento-y-bienestar/
En lo personal, concuerdo que en el país ha avanzado velozmente el rol de la mujer de casa hacia un rol de mujer trabajadora, cambio que ha provocado cambios en una serie de dinámicas a nivel de la familia, de la pareja, del trabajo, generando tensiones en todos ellos. ¿Por qué? La respuesta es que a nivel país no hemos sido capaces de crear las transformaciones necesarias que permitan sostener este nuevo equilibrio de una manera satisfactoria con la rapidez que se requieren. Y eso, señores, es sólo cuestión de voluntad, la que lamentablemente y gracias a la aún poca representatividad femenina en el Congreso, gerencias y Gobierno, aún es una voluntad manejada por hombres.