Joven de Los Andes se luce como uno de los bailarines favoritos del público en Rojo

Publicado el at 22/05/2018
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Alan Caniumán fue destacado por su talento y su perseverancia para  sobrellevar una difícil historia de vida

LOS ANDES.- Son pasadas las 9:30 de la mañana y Alan Caniumán está en su sala de clases. Cursa primero y segundo medio en el CEIA de Los Andes, con el objetivo de cumplir uno de sus tantos objetivos: terminar la enseñanza media. Los motivos que lo alejaron de la escuela a temprana edad tienen que ver con un triste pasado que lo obligó a dejar de ser niño a los 16 años para convertirse en el sostén de su hogar y de sus cuatro hermanos menores.

Por eso, su brillante presente viene a ser una revancha ante las adversidades de la vida. De hecho, dejó el anonimato que tenía como profesor de baile en la Academia Dancing in the Stars en San Felipe y Los Andes para formar parte de los 12 bailarines del programa Rojo, emitido por TVN. Sin embargo, esta fama repentina no lo ha sacado de su centro, y su humildad destaca ante sus muchas virtudes.

Vestido con un polerón rojo de Deadpool, que él mismo diseñó, conversa con “El Observador” sobre su vida, sus proyecciones y cómo Los Andes lo conquistó, dejando de lado Santiago para convertirse en un andino más y representar a la ciudad en el programa de talentos por excelencia de la televisión chilena.

SU ARRIBO A LOS ANDES

Con 23 años, Alan ha vivido de todo. Se crió en un campamento en la comuna de Puente Alto, teniendo que dejar su hogar para trabajar y llevar adelante a su familia, luego de un voraz incendio que consumió su vivienda y sus sueños. “Hay un Alan que murió en esa tragedia”, reconoció.

Fue costurero, guardia de seguridad y obrero de la construcción. Eso sí, su pasión por la danza jamás mermó. De hecho, a los 5 años ya imitaba los pasos de Michael Jackson, Chayanne o Juan Antonio Labra. Formó parte de diversas academias gracias al apoyo de su madre, perfeccionando cada día su técnica.

“Quien me motivó a quedarme en Los Andes fue mi pareja”, reconoce emocionado. Y como si la vida le tuviese preparada una sorpresa, fue invitado a participar como jurado de un concurso de danza organizado por la Academia Dancing in the Stars.

“Mientras estaba sentado como jurado la vi por primera vez. Estaba ensayando un extracto del musical La Bella y la Bestia. Me encantó verla bailar pero no pasó más que eso”, sostuvo Alan.

 

EXPERIENCIA EN TV

Su rutina diaria consiste en levantarse temprano en las mañanas para desayunar e ir al liceo. Actualmente vive en casa de los padres de su pareja, quienes lo han acogido como un hijo más. Luego de cumplir con sus deberes académicos, toma el bus que lo llevará hasta Santiago, donde se dedica de lleno a los ensayos y presentaciones en el programa televisivo.

“Mi foco personal es ser el mejor bailarín del mundo. Sé que es difícil pero trabajo cada día para cumplir ese sueño”, aseguró, por lo que valora esta oportunidad de seguir creciendo en este concurso.

Clave ha sido la disposición del C.E.I.A en cuanto a los tiempos de Alan, entregándole todo el apoyo para que pueda combinar sus estudios con su vocación. Y por supuesto, su pareja Melany es su fanática número uno, quien lo apoya incondicionalmente.

“En mi primer día estaba lleno de nerviosismo, ya que aunque no debía competir me tocaba aparecer en pantalla. Sin embargo, he disfrutado toda esta etapa y espero llegar hasta lo último”, sentenció el talentoso bailarín andino.

Luego de la entrevista, terminó con su jornada estudiantil y se preparó para viajar  hasta el canal. Al mes, debe gastar cerca de 200 mil pesos solo en pasajes, por lo que, si hay empresarios locales o autoridades que deseen cooperar, pueden acercarse al establecimiento para apoyar a Alan en este sueño, de convertirse en el ganador de Rojo, donde es la opción 24.

 

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