Jorge Edwards inauguró la Embajada de Quillota en Chile

Publicado el at 7:50 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

El fin de semana falleció en Madrid el destacado cronista y memorialista, Jorge Edwards, Premio Nacional de Literatura en 1994 y de larga trayectoria en las letras nacionales. Su vida académica fue como diplomático de carrera, cumpliendo con diversas funciones consulares durante su vida.

Tuve la oportunidad de estar en varias oportunidades compartiendo con el escritor. Un día en Santiago, después del lanzamiento de un libro, le propuse que fuera a Quillota a inaugurar la Embajada de Quillota en Chile. Y me preguntó quién era el embajador. “Yo soy el embajador”, le contesté, y le agregué: “Autodesignado, por supuesto”. Le causó gracia la idea y con mucho humor, se comprometió a venir al diario “El Observador”, donde habíamos puesto en el frontis una placa de madera que señalaba que ahí estaba la Embajada de Quillota en Chile.

Un día de abril del año 2001, Jorge Edwards entró ceremoniosamente a las oficinas del diario, cortó una cinta tricolor y también hizo un pequeño discurso. Le agradecí sus palabras y brindamos con champagne. Después un grupo nos fuimos a almorzar, conversar y escuchar sus infinitas historias. Fue un día muy agradable, donde dejamos “funcionando la Embajada”.

Esa idea de creernos “Embajadores de Quillota” por difundir su historia, su gente y sus esperanzas como ciudad, hizo que después, en algunos libros que publiqué, usara ese calificativo debajo de mi nombre.

Muchas personas reconocieron en el gesto de haber creado “la embajada” algo alegre y anecdótico y celebraron la idea con nosotros.

Pero un día recibí un especial llamado telefónico. Era el jefe de Gabinete de la ministra de Relaciones Exteriores de la República de Chile, Soledad Alvear, que me solicitaba muy formalmente, recibiera en la embajada a la Ministra, que venía a revisar las cartas credenciales.

Entre pensar que era una broma y reconocer el buen ánimo de la Ministra, nos pusimos a preparar todo para su llegada. Estaba, me parece, en Hijuelas, dándole un reconocimiento a don Juan Sone, fundador del actual Grupo Hijuelas. La moto de Carabineros, los dos vehículos de seguridad y el de ella, se estacionaron frente al diario.

La estaba esperando en la puerta. “Buenas tardes señor Embajador, vengo a revisar sus cartas credenciales”, dijo en tono muy ceremonioso. Le contesté: “Buenas tardes, señora Ministra de Relaciones Exteriores, adelante y bienvenida a nuestra pequeña casa diplomática”.

Le ofrecí un sobre con nuestras supuestas cartas credenciales, que no era otra cosa que un reconocimiento a la primera mujer en la historia de Chile en ser Canciller, cargo en el que permaneció entre 2000 y 2004, nombrada por el Presidente Ricardo Lagos.

Excelente sentido del humor, simpática y muy sencilla nuestra Soledad Alvear. Compartió como media hora con nosotros y después se subió a su vehículo, en el que partió junto con su comitiva. Celebró mucho la inauguración por Jorge Edwards y contó que uno de los invitados a la premiación en Hijuelas le preguntó si conocía la “embajada quillotana”. Su respuesta fue no, pero que iría más tarde a pasarle revista.

Soledad Alvear había encabezado el Ministerio de la Mujer con Patricio Aylwin, asumió como ministra de Justicia con Eduardo Frei, fue ministra de Relaciones Exteriores con Ricardo Lagos y después candidata a la Presidencia de la República en el 2005, para terminar cumpliendo una importante función legislativa como senadora. Desde su ex militancia democratacristiana, luchó por rearmar el partido -pero al igual que otros correligionarios- terminó emigrando.

La Embajada de Quillota en Chile ha sido una simpática historia que la hemos tomado con humor, pero también con mucha seriedad, en el sentido de creernos los difusores de las actividades de Quillota.

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