El vendedor ocasional se molestó cuando el funcionario le dijo a su pareja que si no pagaban el permiso debían retirarse del recinto
LA CALERA.- Un nuevo hecho problemático caso ocurrió el martes último al interior de la feria minorista de La Calera y que viene a incrementar la preocupación de las autoridades, los vecinos y de los mismos feriantes sobre la instalación de algunos vendedores ocasionales que causan problemas en el clásico centro de abastecimiento calerano.
Durante años, en muchas oportunidades feriantes e inspectores municipales se han enfrascado en discusiones o vivido momentos de tensión, sin embargo, pocas veces se había llegado a un hecho de violencia como el que se produjo el pasado martes.
Según relataron a “El Observador” algunos testigos de la tensa situación, el martes 31 de julio una pareja de jóvenes vendedores ocasionales se instaló en el sector de la calle Pedro de Valdivia, todo transcurría con normalidad, hasta que un inspector municipal se acercó hasta la mujer para cobrar el dinero del permiso, lo que fue inicialmente denegado por la vendedora.
“O PAGAN O SE VAN”
La negativa de la mujer llevó al inspector a iniciar una discusión con la joven, la que llegó a su punto más álgido cuando el funcionario municipal le dijo que en caso de no pagar, debían retirarse del lugar. En ese momento el compañero y pareja de la mujer se percató de la situación y preso de la ira se acercó violentamente hacia el inspector.
Según detallaron los testigos, el grado de furia del joven llegó a tal punto que tomó un hacha desde uno de los puestos colindantes, con el que se acercó profiriendo insultos contra el funcionario, quien temiendo por su integridad no tuvo más opción que salir corriendo del lugar, en dirección a la oficina de inspección.
En las cercanías de la oficina municipal, el inspector tropezó con una mujer y cayó al piso, sin embargo, afortunadamente el bullicio hizo que más gente se acercara, incluidos otros funcionarios de inspección, quienes lograron calmar por algunos instantes al agresor, -quien, señalan testigos, habría estado “enajenado”- logrando arrebatarle el hacha.
Luego de ser desarmado, el alterado joven, volvió al mismo puesto desde donde había sacado el hacha en primera instancia y en esta segunda oportunidad extrajo una estaca de fierro, con la que amenazó al personal de inspección, quienes trataban de convencerlo de resolver los problemas por medio del diálogo.
LA HUIDA
Lamentablemente la discusión continuó, al igual que la violencia del joven, quien en un momento le propinó un manotazo a uno de los inspectores, mientras mantenía su arma alzada de manera amenazante. En tanto desde la oficina de fiscalización llamaban desesperadamente a Carabineros para que llegaran a zanjar la situación y calmar al violento hombre.
Desafortunadamente para los inspectores municipales, antes de la llegada de Carabineros, el joven y su pareja emprendieron la huida en dirección hacia el centro de la comuna, desapareciendo sin dejar rastro.