En el segundo capítulo del programa “Vocación y Futuro: ¿Qué estudiar para ser feliz y aportar a la sociedad?”, Felipe Riveros Fleming, cuenta su experiencia de estudiar Ingeniería Comercial en modalidad vespertina y de qué se trata esencialmente esta carrera.
El ciclo de entrevistas “Vocación y Futuro: ¿Qué estudiar para ser feliz y aportar a la sociedad?” ya tuvo su segundo capítulo. Cada martes, a las 18 horas, se transmite por las plataformas virtuales de El Observador, en una alianza con Universidad Viña del Mar, con el objetivo de orientar a jóvenes sobre qué quieren estudiar, hacia dónde los pueden conducir sus talentos y también a adultos que toman la decisión de seguir una carrera, en el escenario vespertino, sin dejar de trabajar.
Esta vez, el invitado fue Felipe Riveros Fleming, ingeniero comercial, quien cambió su rumbo estando ya en el mundo del trabajo.
Cuenta que estudió Electricidad Industrial en un colegio técnico y comenzó a trabajar desde muy joven en áreas relacionadas con el campo de la electricidad. Tiempo después llegó a Chilquinta Energía, donde fue logrando ascensos mientras realizaba estudios técnicos en Administración de Empresas. Esto lo llevó a desarrollarse en el área de Servicio al Cliente, liderando un grupo de trabajo. Años más tarde, uno de sus jefes le planteó un desafío: obtener un título profesional.
Felipe se enteró de la modalidad vespertina de Universidad Viña del Mar para estudiar Ingeniería Comercial y comenzó la carrera retomando el mecanismo de estudio en paralelo a su trabajo.
– ¿Cómo te organizaste para equilibrar los estudios sin abandonar otras cosas importantes en la vida?
“Para muchos vespertinos, el primer equilibrio es seguir rindiendo en la parte laboral, manejar los tiempos, llevar el estudio a noches o tardes y con apoyo fundamental de la familia. Se sacrifican temas familiares y actividades recreativas pero es algo transitorio, llegando al objetivo hay muchos más beneficios”.
– ¿Por qué decidiste estudiar esta carrera y qué habilidades se necesitan?
“Yo vengo del mundo técnico, que va de la mano con el desarrollo de las personas, que es en lo que me desempeñé también y lo que me motivó siempre. Me interesó el mundo donde debía crear equipos de trabajo y que se desarrollaran con el objetivo de ayudar a las personas y maximizar los procesos. Lo fundamental es la habilidad de liderazgo, manejar un grupo de personas desde el punto de vista de generar un aporte en el desarrollo de cada uno de ellos y generar trabajo en equipo, ya que a través de la cohesión es la única manera de llegar al éxito en un proyecto”.
– ¿En qué se diferencia la ingeniería comercial de otras ingenierías?
“Nosotros podemos ser un aporte a la organización, para generar utilidades, cómo garantizarlo llevándolo a cabo con buenas prácticas y procesos de trabajo en equipo. La Ingeniería Comercial mezcla un poco del mundo de las matemáticas y de lo social. Hace años era casi sólo hablar de números. Hoy es la mixtura entre los números con el desarrollo social y ser un aporte. Eso es algo sobre lo cual la Universidad marca durante los años de estudio, porque en el campo laboral la carrera se asocia al liderazgo, cosa que hoy en día muchas carreras debieran tener”.
– ¿En qué áreas puede trabajar un ingeniero comercial?
“La Ingeniería Comercial tiene una gama de posibilidades para ejercer, como marketing, finanzas, recursos humanos, gestión de personas, gestiones estratégicas, proyectos, entre otros. Se trabaja en la parte operativa de las empresas”.
– ¿Cómo te apoyó la Universidad para este proceso de crecimiento tan grabde que viivste?
“La universidad fue clave, ya que más allá de todos los temas académicos recibí el acompañamiento en los procesos. En el tema del liderazgo la universidad apoya mucho con talleres para egresados y alumnos de último año, como inglés, habilidades comunicaciones, entre otros lo que es relevante para ejercer porque uno va adquiriendo un desarrollo integral. Para mí esto fue el mejor descubrimiento, ya que además hemos mantenido el vínculo y es sorprendente el acompañamiento que hacen en UVM durante y después de la carrera. Seguimos tomando cursos y talleres, te orientan, te dan una identidad y uno se siente un aporte”.
– ¿Eres feliz en el ejercicio de tu profesión?
“Claramente sí, yo creo que en el día a día uno descubre cosas que aportan a ir desarrollando distintas actividades hasta llegar el punto de decir soy feliz. Algo que me ha aportado la ingeniería es poder ayudar y desde este punto de vista tengo la idea de trabajar con las personas que siempre quedan rezagadas. Hubo un taller que me hizo ponerme un desafío, que es ayudar a las personas en situación de discapacidad y también desarrollarme en el área del Turismo. Nunca dejen de luchar por lo que aspiran. Ser profesional era un sueño para mí desde niño y lo pude lo concretar”.
ESTUDIAR INGENIERÍA COMERCIAL EN LA UVM
La Ingeniería Comercial se basa específicamente en matemática básica, cálculo, estadística, investigación de operaciones, economía, gestiones estratégicas, administración, finanzas y marketing para solucionar problemas sociales y organizacionales por lo que la parte social también está muy vinculada al ingeniero comercial quien se convierte en un profesional de las ciencias económicas y las ciencias sociales.
En la UVM se forman profesionales capaces de asumir el liderazgo de las empresas entregando las herramientas necesarias para actuar de manera estratégica. Cuentan con una formación académica cuyo énfasis está puesto en el uso de las herramientas tecnológicas de gestión empresarial, lo que permite a los alumnos profundizar en cualquier área funcional de la organización.
Se puede estudiar en horario diurno o vespertino.
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