por Roberto Silva Bijit, fundador de diario El Observador
Por donde uno mire la situación de Boric, hay una conclusión que nadie pone en duda: le faltan asesores, gente capaz de darle un consejo preciso. Habla y se desdice. No tiene armonía con sus ministros. Le cuesta conversar con la oposición. No aprovecha lo que hace.
Un ejemplo concreto. Viajó desde el palacio de gobierno directo a Limache para hacer un anuncio sobre política ferroviaria. Vino a Limache, pero no estuvo en Limache. Ningún asesor le dijo que perfectamente podría haber aprovechado la oportunidad para plantear algunos temas que le importan a la gente de nuestra zona.
Si yo hubiese sido su asesor (jamás lo sería) le habría dicho: “Mire Presidente, mañana tiene que estar en Limache para anunciar el tren rápido entre Valparaíso y Santiago, por lo tanto, debe hacer el anuncio y después tener alguna actividad en la comuna. Ya deberíamos haber llamado al alcalde de Limache, Daniel Morales y decirle que tendremos dos actividades, la primera en la avenida Urmeneta, donde también invitaremos a Gastón Soublette, para respaldar la defensa de ese lugar patrimonial y reafirmar que no queremos edificios en esa vía. La segunda será ir a la antigua fábrica de la Compañía de Cervecerías Unidas y brindarle nuestro apoyo a la empresa porque quiere reactivar ese histórico lugar como un centro de atracción turística y gastronómica. Y después, el alcalde Daniel Morales le entrega una canasta con tomates limachinos, que usted agradecerá diciendo que se siente orgulloso de todas las ciudades que han logrado una denominación de origen, como ocurre con este exquisito producto de la tierra. En una de esas hasta se come un tomate frente a las cámaras”.
Pero no hizo nada de eso. Anduvo apurado, hizo un anuncio que parecía un parche para cambiar de tema con los indultos. Estuvo con Soublette, pero no se refirió a ningún tema, ni fueron a ninguna avenida. Peor todavía, es tanta la falta de asesoría experta, que el Presidente nunca explicó bien sobre la extensión del metrotren y la combinación con el antiguo trazado que el gobierno había preferido por sobre las dos propuestas privadas que estaban en el ministerio. Y para más remate, su ministro de Obras Públicas miente en la televisión diciendo que se habían reunido con dichas empresas cuando, en verdad, nunca se habían juntado y siempre postergaron la reunión que los empresarios pedían. Y el broche de oro: desde el ministerio les confirmaron a esas empresas que la reunión pedida quedaba confirmada para el martes 10 de enero en la tarde, es decir, horas después que el Presidente hiciera el anuncio.
Ese sería mi diálogo con el Presidente, pero tal vez la respuesta de Boric habría sido que no tiene tiempo para esas cosas. Entonces yo le respondería con dos argumentos. El primero es decirle que en todo el tiempo que lleva gobernando, 7 de cada 10 encuentros públicos en Chile han sido en la Región Metropolitana, un centralismo que le hace mal a las provincias. Y otro, esto es peor todavía, le recordaría su discurso del 11 de marzo de 2022, cuando asumió el mando en La Moneda: “Las autoridades no pueden ser inalcanzables; queremos ministros en terreno, en la calle, estando con el pueblo. Queremos no hacer visitas a las regiones que sean solamente de un par de horas para inaugurar una obra y chao. Escuchar, no estar escondidos”.
El Presidente estuvo escondido en Limache. No escuchó a la gente y tal como dijo que no debería ser, fueron un par de horas y chao.
