MIRADA UNIVERSITARIA.- En la actualidad, es cada vez más frecuente recibir información sobre la problemática de falta de actividad física que afecta a la población escolar en Chile, sin embargo, pese a esta creciente conciencia, las políticas públicas y la información proporcionada a los padres y cuidadores no han logrado generar un impacto suficiente o claro para revertir esta situación.
Todavía enfrentamos el desafío pendiente de transmitir un mensaje contundente acerca de la gravedad de la falta de movimiento en el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes, tanto en términos de salud física como mental. Lilian Castro, jefa de carrera de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Viña del Mar, (UVM), destaca la necesidad de abordar este tema con urgencia, ya que su repercusión en la vida de los jóvenes es de suma importancia.
En tanto el experto en desarrollo motor, Ítalo Díaz, quien también es académico de la Escuela de Educación UVM, enfatiza la trascendencia de la infancia como etapa fundamental en el crecimiento de los niños y niñas, donde el juego desempeña un papel crucial en su desarrollo y aprendizaje. “La actividad física y los juegos, en este contexto, se revelan como una excelente manera de fomentar su desarrollo integral. Los juegos no sólo son divertidos y entretenidos, sino que también resultan esenciales para desarrollar habilidades motrices, cognitivas y sociales. Entre ellas se encuentran la coordinación dinámica general, el control postural, habilidades motrices básicas de locomoción y manipulación, así como el equilibrio dinámico y estático”.
Díaz agrega: “Los juegos estimulan la concentración y la capacidad para resolver problemas, potenciando así diversas facetas de su desarrollo. No se debe subestimar el valor de los juegos para fortalecer los lazos afectivos entre padres, cuidadores y niños. Estas interacciones brindan una valiosa oportunidad para que los adultos se conecten emocionalmente con los pequeños y establezcan vínculos significativos y enriquecedores”.
El académico recomienda trabajar los juegos de crianza, actividad lúdica que no es programada de antemano y que se transmite de generación en generación. “Son importantes aquellos que nacen espontáneamente en el momento y unen al niño/a y adulto en este espacio de juego, fomentando un acuerdo tónico-emocional rico en experiencias y vivencias para cada uno. Estos juegos incluyen los de sostén, ocultamiento y persecución. Los juegos de sostén son especialmente importantes para construir vínculos de apego y fortalecer la relación adulto-niño/a, proporcionando experiencias perceptivas diversas y estimulantes para el desarrollo motor del niño/a. En estos juegos, es crucial que el adulto esté presente y mantenga un contacto táctil con el niño, lo que generará experiencias agradables y enriquecerá la relación entre ambos a lo largo del tiempo”.
Explica que los juegos de sostén, son lo que se desarrollan al momento de un adulto tomar a un niño/a entre sus manos y realizar una serie de acciones junto a él, ya sea mecerlo de espalda, de cúbito abdominal, hacer movimientos de péndulo o giros (como imitando un avioncito), elevarlo y descenderlo (como en la película de El rey león), hacer girar al niño tomando sus manos o por el tronco, es decir realizar en conjunto una serie de cambios de posición del cuerpo, ya sean de péndulo, giratorios, cambios de sentido y de dirección, ascendentes y descendentes.
“Este tipo de juegos, proporcionará en el niño/a una serie de acciones y una diversidad de movimientos, que generarán a futuro un desarrollo en la confianza entre ese infante y el adulto, por eso importante mantener en este tipo de juegos la referencia táctil y el sostén, es decir ese contacto físico entre el adulto y el niño, que no se pierda en el momento de juego. Lo cual fomentará experiencias importantes en su desarrollo motor y en su desarrollo integral, como por ejemplo de su esquema corporal, imagen corporal, el equilibrio y también de la confianza, la personalidad y su identidad”.
A lo anterior, podemos señalar lo que menciona Anderson-McNamee, quien señala: “Jugar con los niños construye vínculos afectivos duraderos, permite a los padres apreciar la singularidad de cada niño, también es un reductor de estrés”. Por lo tanto, los juegos y, en especial, los juegos de sostén pueden ser adaptados a las necesidades y habilidades de cada niño/a, lo que los hace muy versátiles y efectivos para fomentar el movimiento en estas primeras etapas.
Ambos académicos concuerdan que es fundamental resaltar el papel crucial que desempeña la familia en la promoción del movimiento en los niños/as. Los padres y cuidadores son modelos a seguir, ejerciendo una influencia significativa al fomentar la actividad física y un estilo de vida saludable a través de sus propias acciones y hábitos. Al ser un ejemplo positivo, inspiran a los más pequeños a adoptar una actitud activa y saludable. En este sentido, es necesario volver a lo esencial, al juego entre el adulto y los niños.
Por su parte, Castro sugiere juegos de ocultamiento en los más pequeños, como por ejemplo jugar a las escondidas en casa o al aire libre, esconder algún objeto e ir a buscarlo. En niños/as que se encuentran en kínder, transición y primero básico, volver a los juegos de regla, como por ejemplo fomentar o jugar a cualquier tipo pinta, o la botellita envenenada, al pillarse, pisar la cola al ratón. Y también enseñar a los niños, los diferentes juegos tradicionales como saltar la cuerda, jugar al elástico, las bolitas, el luche, jugar con pelotas, aros o globos. Pueden ser también juegos basado en desafíos de obstáculos, donde los niños y niñas pueden pasar por cada obstáculo, saltar, correr y trepar, lo que ayudará a mejorar su coordinación y equilibrio, o simplemente realizar pruebas en casa, como pedirle que traigan algún objeto; o que toquen todas las puertas del hogar, para finalizar con estiramientos.
En tanto Díaz, destaca el baile en familia como una excelente forma de movimiento y actividad física. “Pueden seleccionar canciones divertidas y hacer una lista de reproducción para bailar en familia. No importa si no son expertos, lo importante es moverse y pasarlo bien juntos. Todos estos juegos finalmente estimulan el movimiento y son promotores de una vida más activa. Además, los padres y cuidadores pueden crear un ambiente seguro y propicio para la actividad física en el hogar. Proporcionar herramientas y espacios adecuados para la práctica de juegos y actividades lúdicas es esencial para que los niños/as se sientan motivados y apoyados en su desarrollo físico y motor”, acotó.
La inactividad física en la población escolar en Chile es una problemática que debe ser abordada de manera urgente. El juego, es una de las herramientas importantes para incentivar el movimiento en niños/as y jóvenes, y los juegos de crianza son una excelente manera de fomentar el movimiento desde temprana edad. Sin embargo, es fundamental la participación de la familia en el incentivo por la actividad física desde temprana edad, proporcionando herramientas y propiciando espacios adecuados para la práctica de juegos, actividades y ejercicios, con el fin de fomentar hábitos saludables en el tiempo, a través del ejemplo del adulto.