Casimiro Rojas falleció apenas un mes después de perder a su esposa, ambos eran los vecinos más antiguos del sector de Maitenes
HIJUELAS.- Difíciles momentos le ha tocado vivir durante lo que va del año a la familia Rojas Vergara del sector de Maitenes en Hijuelas, pues hace casi un mes debieron despedir a la madre de la familia y el lunes fue el turno de su querido padre, Casimiro Rojas, el vecino más antiguo del sector, quien falleció sorpresivamente luego que le detectaran una fisura intestinal.
Casimiro tenía 95 años todos los cuales los vivió como vecino del Valle de Ocoa y también vivió varias décadas junto a Carmela Vergara, quien fue su compañera de vida y con quien formó su extensa familia que incluyó 10 hijos, 22 nietos y 21 bisnietos. Según señaló su hija Adela Rojas Vergara, desde pequeño Casimiro fue muy esforzado, pues a temprana edad sufrió la muerte de su padre y debió hacerse cargo de la casa familiar.
“Desde muy joven trabajó en el campo y más adelante se vino a trabajar al Fundo Maitenes, ahí estuvo a cargo de muchas cosas, de los parronales, de las alcachofas, de la quesería, sacó leche”, detalló su hija, quien destacó el espíritu solidario de Casimiro. “Cuando éramos chicos con mis hermanos, él nos traía galletas, que eran las que le daban de colación, pero las guardaba y las llevaba a la casa”, relató emocionada la mujer.
Asimismo, Adela reconoce que así como su propia familia, muchos vecinos valoran la buena voluntad de su padre. “Muchos me han dicho que le tienen que agradecer a mi papá, porque les dio comida o ropa cuando eran chicos”, dice, agregando que, “una vez llegó con una tele a color que nos compró y en ella veíamos televisión todos los niños del barrio, la casa se llenaba”, contó Adela.
La vida de Casimiro no estuvo ajena a los problemas debido a su avanzada edad. Hace dos años, sufrió un accidente cerebrovascular que lo hizo perder el habla, entre otras complicaciones de salud, sin embargo, pocas cosas lo golpearon tanto como la muerte de su esposa hace un mes. “Él podía comer solo, pero luego de eso ya no quería, hubo que dedicarle mucho más tiempo y darle más cariño porque estaba muy triste”, explica su hija.
Probablemente esa misma pena contribuyó a la sorpresiva muerte del antiguo vecino, quien el pasado jueves le comentó a su hija que tenía un dolor en el abdomen. “Me dijo que no le dolía tanto, pero como era tan mayor no esperamos mucho para llevarlo al Hospital de Quillota”, relató Adela, quien relató que en el centro asistencial les dieron la mala noticia de que Casimiro tenía una fisura en el intestino, que por su edad era muy compleja de tratar y solamente le dieron cinco días de vida.
Sus familiares finalmente optaron por llevarlo a casa y cumplir el deseo de Casimiro de dejar este mundo en su hogar, acompañado por su extensa familia, que lo acompañó durante los cuatro días en que agonizó en su casa del sector de Maitenes, localidad que tras su partida lo acompañó a su última morada, en el Cementerio de Purutún, donde le brindaron una sentida despedida a su vecino más antiguo.