Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Un par de amigos conversaba en el café lo difícil que terminará siendo para los defensores de animales tratar de terminar con el rodeo en Chile, porque se trata de un deporte que está muy arraigado en el espíritu nacional.
Si revisamos algunas cifras, podemos decir en que promedio más de 40.000 personas se congregan en la final del Campeonato Nacional de Rodeo, que se realiza en la medialuna de Rancagua, como ya es una tradición, después de la Semana Santa.
A partir de ese evento es posible revisar la visión que tenemos del rodeo como deporte nacional. Uno puede pensar que se trata de un par de jinetes tratando de atajar un novillo, pero todo lo que hay detrás es una increíble actividad, que no siempre la podemos ver y entender.
Los mil 800 rodeos que se corren durante todo el año en las 845 medialunas que hay entre Arica y Punta Arenas, son organizados por 715 clubes que se encuentran funcionando. Al año tiene un público superior a los dos millones de espectadores. Resulta difícil comparar estas cifras con cualquier otro deporte nacional.
El rodeo representa una fuente laboral para cerca de 90.000 personas, entre jinetes, arregladores, peticeros, ganaderos, veterinarios, cuidadores, herreros, transportistas, folcloristas, artesanos, talabarteros, chupalleros, textiles, chamanteros, manteros, comerciantes, jurados, delegados, grupos folklóricos (hay 175 dedicados a los rodeos) y toda la gente que trabaja en el área turística y que ofrece sus servicios.
Para los rodeos de un año, (cada rodeo dura tres días), los huasos gastan en combustible 880 millones de pesos para trasladar animales, ya sea los caballos corraleros, como los novillos que van a ser corridos.
Otra cifra increíble es la cantidad de deportistas, es decir, personas que corren en los rodeos durante los fines de semana. Hay 25 mil hombres y 1.000 mujeres. De esa cantidad, hay 1.800 en edad escolar, 2.300 universitarios y 3.700 de la tercera edad. El más joven se vio hace unos años, en el Champion de Rancagua, donde por primera vez en la historia del Campeonato Nacional, clasificó un muchacho de 12 años.
Y un último dato: en Chile hay 67.000 caballos corraleros (es decir, adiestrados para participar en el rodeo) que mueven a través de empresas dedicadas al corretaje de caballares, cerca de 2.500 millones al año.
El rodeo es una pasión y por eso tiene tantos deportistas y tantos fieles seguidores. Conforma parte importante de nuestras tradiciones, pero también se ha sabido ubicar como un negocio promisorio.
Sin embargo, como en toda actividad donde hay animales, hoy en día se puede tener conflictos, debido a la preocupación de ciertos grupos medioambientalistas por protegerlos, lo cual es muy razonable.
En la actualidad tenemos una especial valoración por los deportes, por eso resulta interesante mostrar el tamaño y la importancia que tiene el rodeo en la vida económica, deportiva y cultural de nuestro país.
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