Histórica peluquería Ramos se mantiene como la única de Quillota que atiende solo a varones

Publicado el at 14/06/2019
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A pesar del paso del tiempo y el auge de los nuevos estilos este salón se mantiene vigente

QUILLOTA.- Muchas historias guarda la tradicional Peluquería Ramos. Se instaló en 1962 en el barrio Ariztía y se convirtió en un referente de moda para los varones de Quillota, entregando el tradicional y solicitado “corte militar”. Y a pesar de que hoy en día la oferta es amplia e incluso muchos salones realizan cortes de los futbolistas de moda, este lugar se mantiene tan vigente como hace casi 60 años.

El fundador es Sergio Ramos Rettez, quien en su juventud trabajó junto a su padre, un ex funcionario de Carabineros, en el restaurante familiar y en una verdulería de calle Ariztía 206. Cuando tenía 25 años, y en medio de la efervescencia por el desarrollo del mundial de fútbol que estaba a cargo de Chile, decidió abrir su propio emprendimiento.

Desde joven su pasión fue la peluquería, por lo que se armó de valor y colocó la suya. Su éxito fue abrumador, ya que los caballeros que arribaban a la ciudad en tren, desde diferentes puntos del país, pasaban a la Peluquería Ramos. Incluso, algunos clientes llegaban a caballo y los dejaban “estacionados” afuera del local.

Sergio estuvo a cargo del negocio hasta los inicios de este nuevo milenio, cuando después de 40 años de trabajo delegó su oficio a su hijo, Sergio Ramos Cabrera, quien siguió la tradición de cortar el cabello. Lo particular es que incluso los nietos de los primeros clientes siguen prefiriendo el corte tradicional que entrega este lugar, que se mantiene en calle Ariztía 40, frente a la feria minorista Sargento Aldea.

Cabe consignar que esta peluquería es la única que queda en Quillota que se especializa en cortes de varón, ya que el resto, antiguas y nuevas, son unisex. “El estilo retro ha vuelto con el auge del corte de pelo con máquina, ya que de esa forma los clientes que concurren al local se van con su pelo cortito, algo que ahora se está usando harto”, sostuvo Sergio Ramos hijo.

 UN SALÓN DE CABALLEROS 

Uno de los aspectos más importantes de este tradicional oficio es la confianza que existe entre el peluquero y su cliente. Sergio recordó que, en la época cuando su padre estaba al mando del salón, muchas veces los campesinos y trabajadores que venían a las ferias o viajaban desde puntos distantes se cortaban el cabello y volvían después, con dinero en mano, a pagar por el servicio.

Y tal como lo hacían esos antiguos clientes, hoy siguen llegando varones de diferentes ciudades. Manuel Oyanedel Castro, de 75 años, viaja desde La Cruz hasta la peluquería, costumbre que ha replicado por más de 15 años. Manuel manifestó que muchos de los clientes se han conocido esperando atención, conversando de fútbol o del progreso de la ciudad.

Sergio Ramos hijo cree que con él acabará la tradición de la última peluquería masculina de Quillota, pues sus hijos tienen otros intereses, alejados de las tijeras o las máquinas que se mantienen frente a un espejo, a la espera de ser usadas en un nuevo corte de cabello como lo han hecho casi por seis décadas.

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