Con los relatos de los propios vecinos de la Población Ampliación Mayaca y un rescate de más de 800 fotos, se dio forma a un libro que cuenta la historia de cómo se pobló este sector del cerro en torno al cual se fundó Quillota
“El cerro Mayaca es un lugar poderoso, un lugar que inspira, desde su vista maravillosa al valle, hasta su gente“, comenta Nicola Day, periodista quillotana -hoy radicada en Argentina- que es autora del libro “Registro fotográfico y testimonial Mayaca: Población Ampliación Mayaca y Junta de Vecinos Michimalongo“, que es parte de una colección que busca rescatar la historia del cerro entorno al cual se fundó Quillota.
En esta entrega, se cuenta la bello relato de cómo un grupo de familias dio forma a la población Ampliación Mayaca, proceso que Nicol describe con emoción, pues dice que, al investigar con los vecinos del propio cerro, se dio cuenta del tremendo valor que tiene el lugar, además de la comuna en la que se crió.
“El Mayaca es un cerro que va encajonando al valle. Es un lugar valioso no sólo para Quillota, sino para Latinoamérica“, dice Nicole.
Y agrega: “Es curioso cómo la gente no percibe de lo importante que han hecho. Es inspirador ver todo lo que hicieron, cómo se fueron formando roles de manera natural, donde ninguno fue más que otro”, comenta a Reportaje PM de Observador.cl.
Vecinos del Cerro Mayaca fueron protagonistas
En el proyecto, la participación de los vecinos fue fundamental. De hecho, la historia de Ampliación Mayaca se reconstruyó con los relatos de representantes de 15 familias descendientes de los primeros habitantes, que en 100 páginas aportaron relatos de cómo se fue habitando el cerro y unas 800 fotografías.
Ignacio Pizarro, presiente de la Junta de Vecinos Michimalongo, dice que está feliz con el resultado, aunque mucho más con el proceso que permitió dar forma a este libro.
“Estampar en unas líneas el sentimiento que oculta cada historia de cada poblador que ha decidido vivir en este cerro Mayaca, es muy importante. Por eso, como Junta de Vecinos, queremos dar un significado especial a este libro”, dice el dirigente.
“Reconstruye nuestra historia, la habitabilidad de nuestro sector, recordando a los primeros vecinos que llegaron y sumando a los últimos que se ha sumado. Es el paso a paso de cada uno de los vecinos que han sido formadores del cerro”, comenta.
Y la emoción también alcanza a Ignacio Pizaro, porque él sabe que las páginas rescatan lo que, en el futuro, los nuevos habitantes ya no podrán oír de los actuales habitantes del cerro.
“Como pasa el tiempo, se puede olvidar alguna fecha, pero no podemos olvidar a las personas. Nos queda esa alegría de que quienes pudimos participar, cuando ya no estemos, podremos contar lo que vivimos a través de un libro. Por eso quiero agradecer a todos los vecinos que nos abrieron la puerta para contar sus historias”, comenta Ignacio Pizarro.
Asimismo, dio gracias al Gobierno Regional por adjudicar recursos al proyecto de la ONG Vozetos y a Nicole Day, “quien desde la distancia logró rescatarla historia, incluso recordando a los que ya no están. Hay que mandar un abrazo al cielo para cada uno de ellos. Gracias a todos ellos se dio forma a esta querida Ampliación Mayaca”.
Una colección sobre el cerro Mayaca
Este proyecto fue desarrollado por la ONG Vozetos, cuyo director, Javier Valenzuela, explicó que “el libro es la tercera publicación de una colección que estamos preparando de las seis poblaciones del cerro Mayaca Alto“.
“En este caso, lo financiamos con el presupuesto del 2% de Cultura del Gobierno Regional. Se produjeron 200 ejemplares, donde se registró la vida de los pobladores del cerro. La idea es que haya un tomo por población, sumando las seis. Tenemos proyecto postular a las otras poblaciones al GORE u otro fondo”, comenta el director de Vozetos.
Este libro, también contará con una versión digital para aumentar su difusión.
En medio de la pandemia y un viaje “de ida, vuelta e ida”
Para la quillotana Nicola Day el desafío fue grande, porque este libro se produjo en medio de los meses complejos de la pandemia por coronavirus y además la sorprendió luego de haber decidido irse de Chile.
“La ONG Vozcetos me ofreció esto en el 2019. Entremedio pasaron varias cosas que fueron retrasando la ejecución. En 2021, Javier Valenzuela, me dice que vamos con el libro. En ese momento había decidido emprender un viaje afuera de Chile, yéndome a vivir a Buenos Aires y eso se transformaba en un desafío grande. Con la pandemia ya estábamos acostumbrados a hacer todo por Zoom o por otras videollamadas. Las investigaciones de terreno las terminé de cerca con la gente, en un viaje a Chile que hice en marzo, donde pude rescatar datos formales de la biblioteca y conocer a los vecinos y vecinas, con quienes conversamos harto”; cuenta.
Cuando volvió a Argentina, concluyó el libro.
“Aquí se redacta una historia a través del testimonio de los vecinos. Fue muy inspirador escucharlos. No fue un trabajo, fue un placer. Agradezco a la junta de vecinos por la apertura de sus casas, de su vista maravillosa al valle. Sólo tengo gratitud en mi corazón”, comenta esta joven quillotana.