Joven quilpueína fue asesinada en noviembre de 2022. Su ex pareja participó recientemente en una reconstrucción de escena
QUILPUÉ.- Hace diez meses, la historia de Michelle Ayala Martínez conmocionó al país. La joven madre de 21 años, había estado desaparecida desde la madrugada del sábado 19 de noviembre de 2022, siendo encontrada calcinada horas después, en una quebrada de la comuna de Quilpué.
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La familia había estampado una denuncia por presunta desgracia en la Brigada de Investigación Criminal de Quilpué y tras una serie de pesquisas, .tomaron contacto con el conviviente de la desaparecida, quien en su declaración en calidad de testigo, sostuvo diversas incongruencias, siendo llevado por los policías hasta su domicilio, en un sector de tomas al lado sur de la comuna.
Pero fue cuando llegaron hasta el domicilio, que un vecino se acercó y le dijo a los policías: “Andamos siguiendo al otro weón, es bueno que se sepa toda la verdad. Luis le conto todo?” por lo que el imputado, al verse acorralado, espontáneamente confesó “Yo la maté”, lo que le significó su inmediata detención.
Femicidio y abuso sexual
Cabe destacar que, en junio del presente año, se realizó una reformalización en contra del imputado, identificado con las iniciales L.A.L.M., donde esta vez, el Ministerio Público solicitó agregar a la causa el delito de abuso sexual cometido en contra de su propia hija, lo cual fue aceptado por el Tribunal Oral de Viña del Mar. Por ende, lo que falta ahora es una audiencia de apercibimiento de cierre, para luego realizar el juicio.
Durante la exposición del caso, la fiscal Gloria Vallejos expresó que el imputado -en una fecha que no ha sido especificada- se encontraba cuidando a su hija, en ese entonces de cinco años, cuando “efectuó (en contra de la menor) un acto de relevancia y significación sexual mientras dormía”.
A propósito de lo anterior, la madrugada del 19 de noviembre de 2022, sostuvo una discusión con su pareja, Michelle Ayala, la que fue subiendo de tono paulatinamente.
“El imputado se abalanzó contra la víctima y le propinó golpes en el cuerpo, apretándole fuertemente el cuello”, agregando que “la dejó sin respiración con ánimo de quitarle la vida, por lo que la víctima falleció por estrangulamiento y sofocación. Luego, con la finalidad de ocultar su delito y el cuerpo de la víctima, se comunicó con un amigo que vivía cerca”, explicó la fiscal Vallejos.
Añade que el imputado y el otro sujeto “se pusieron de acuerdo y planificaron la forma de hacer desaparecer el cuerpo de la afectada. Lo subieron al auto del imputado y lo trasladaron hasta el domicilio del otro sujeto, lugar donde le prendieron fuego. Posteriormente envolvieron su cadáver y lo subieron al pick up de otro vehículo, para transportarlo hasta una quebrada ubicada a un costado sur del camino calichero, frente a la Villa Olímpica, donde arrojaron el cuerpo esperando ocultar su brutal crimen”.
“El dolor nunca va a pasar”
En este contexto, el jueves de la semana pasada se llevó a cabo una reconstitución de escena a solicitud de la defensa del imputado, donde también estuvo presente Marcia Martínez, madre de Michelle, quien en conversación con “El Observador” expresó su dolor por todo lo acontecido.
“Como familia esperamos que se dictamine la pena máxima para él y que no salga nunca más en libertad. Lo que hizo fue terrible, siento que no tiene perdón de Dios. Por lo mismo, no creo que la justicia lo pueda perdonar, y espero que no lo haga”, manifestó.
“El dolor nunca va a pasar -agregó-. Tengo la pena de que no me pude despedir de mi hija, ya que me la entregaron en un cajón (…) Yo no pude llorar a mi hija en su lecho de muerte. (…) Ella tenía muchas ganas de vivir y quería hacer muchas cosas. Era muy alegre y tenía siempre una ‘talla’ a flor de piel”.
Por otro lado, el abogado querellante, Carlos Cáceres, explicó que “si bien la pena para el femicidio va desde los 15 años y un día a presidio perpetuo calificado, esta última es la pena máxima. Por ende, es probable que no se aplique, ya que el imputado tiene irreprochable conducta anterior”.
De todas maneras, “vamos a solicitar que se agregue una agravante, que es haber cometido el delito en presencia de familiares, es decir, los hijos. A esto se sumaría la causa por abuso sexual, por lo que de todas maneras insistiremos en conseguir la pena máxima”.
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