Gigliola León trabajo por más de 15 años en el recinto de salud de la comuna
QUILLOTA.- Oriunda del sector de Molinares, específicamente de la subida Barón, Gigliola León Basaez era la mayor de seis hermanos, de quienes era un ejemplo y modelo a seguir. Egresó del Colegio San Luis y luego estudió secretariado ejecutivo, dando sus primeros pasos en el mundo laboral en una tienda.
Luego, Gigliola fue contratada por el Hospital San Martín de Quillota, formando parte por más de 15 años del personal de planta del recinto de salud, desempeñando labores en admisión de imagenología.
Siempre dedicada a su trabajo y a sus dos hijos, de cinco y 14 años, pocas veces velaba por su propia salud, aunque afortunadamente nunca tuvo graves enfermedades. Sin embargo, eso cambio a comienzos de este año.
Según recordó su hermano, Mauricio León Basaez, Gigliola comenzó con algunos problemas en enero, siendo diagnosticada en primera instancia con una neumonía. Fue derivada al Hospital Gustavo Fricke para realizarse algunos exámenes, a pesar de que no tenía ganas de hacerlo.
“No le gustaban mucho los doctores ni hacerse exámenes, pero finalmente asistió al hospital. Fue ahí cuando sus pulmones colapsaron, ya que el 20 de marzo entró en un coma inducido. En una visita los doctores me dijeron que estaba todo perdido, que su enfermedad no tenía cura, no había tratamiento. Ella tenía una polimiositis, una deformación a los músculos del cuerpo que le dañó los tejidos de los pulmones, los que no volvieron a reaccionar”, dijo Mauricio.
COMPLEJO DIAGNÓSTICO
Aunque los primeros pronósticos para Gigliola fueron negativos, con el paso de los días y una milagrosa recuperación, la opción de un trasplante se veía muy cercana. Por lo mismo, fue derivada al Hospital del Tórax en Santiago, luego de haber estado en la Clínica Las Condes y el Hospital Sotero del Río.
Sin embargo, en junio sufrió un accidente vascular cambiando todas sus posibilidades, ya que después de unos exámenes se llegó a la conclusión de que no estaba en condiciones para recibir para un trasplante.
“Desde entonces no había mucho que hacer y mi hermana se estaba apagando de a poco, hasta que el lunes nos avisaron que estaba complicada. El martes nos dijeron que teníamos que viajar de urgencia a Santiago y cuando íbamos en camino nos informaron que ella había fallecido. A pesar de todo, mi hermana nos dejó un gran ejemplo de lucha, que vamos a recordar por siempre”, expresó Mauricio.
Tras su fallecimiento, su pareja y sus hermanos han sido un pilar fundamental para sus dos hijos, los que a pesar de la pena recordarán la lucha que dio esta joven madre, ya que con su complejo pronóstico se mantuvo con vida mucho más de lo esperado.
El pasado jueves se llevó a cabo el funeral de Gigliola y, luego de una misa en la iglesia de La Merced, sus compañeros de trabajo le dieron una gran despedida en el Hospital San Martín, con aplausos y globos blancos, para ser llevada posteriormente al cementerio del cerro Mayaca.