LA CALERA.- Sin mayores problemas, hasta el cierre de esta nota, se ha vivido la segunda jornada de lluvias de esta semana en La Calera, donde sólo el martes las precipitaciones alcanzaron a casi los diez milímetros de agua caída, situación que se dio suavemente y durante gran parte del día, por lo que sólo se registró alegrías en la ciudad.
Hasta hace unos años, cuando llovía, con esa misma cantidad de lluvias en un tiempo de pocas horas, generaba serios problemas en una ciudad que tiene muy malos sistemas de desagües y, malamente, los sifones que captan el agua de la superficie se colmatan con elementos que botan allí los mismos vecinos.
En la jornada de hoy viernes, hasta el envío de esta nota, no ha habido problemas mayores y la ciudad ha resistido bien, sin necesidad de la concurrencia de los equipos de emergencia y con el centro de la ciudad sin mayores problemas pese a las miles de personas que pasean por sus calles pese a la cuarentena.
Un hecho singular que se pretende conocer con las lluvias en La Calera -que tiene una significación principalmente derivada de adversidades políticas- es saber cómo se comporta el flujo de las aguas lluvias en las calles de la ciudad, desde la construcción de varios kilómetros de ciclovías.
La situación del desempeño de estas obras viales, no se ha podido comprobar debido a la escasez de precipitaciones fuertes desde el inicio de su construcción hace seis años, aunque seguramente también colapsarán en su momento y con mayores lluvias, porque La Calera es una “ciudad de aguas”, construida sobre las ciénagas del río.
El espectáculo de la ciudad hoy es la crecida del río Aconcagua, que aunque no ha rebalsado sus cauces lleva una cantidad de agua, como no se ha visto en los últimos años, lo que ha congregado a muchas personas en el “Puente 19 de Junio” y en las riberas del caudal en el paso por La Calera y las comunidades aledañas.