Falleció la querida “tía Hilda”: la hincha que cuidaba a los jóvenes de la barra de San Luis

Publicado el at 10:47 am
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Hilda Encina fue despedida por los barristas canarios con fuegos artificiales y banderas del equipo de sus amores

QUILLOTA.- Desde muy joven, Hilda Encina Vera comenzó a cultivar su pasión por ir al estadio a ver los partidos de San Luis. Decía que, al ser quillotana, solo le era posible querer al canario. De hecho, cada vez que podía los acompañaba a distintas ciudades, sin descuidar por supuesto a su familia.

Fue alrededor del año 1982 cuando conoció a Ricardo Guerra Toledo, el hombre que sería su esposo cinco años más tarde y con quien tuvo a sus cuatro hijas: Carola, Denisse, Tamara y María, a las que desde pequeña, incluso en su vientre, llevó al estadio compartiendo su pasión como hincha canaria.

Desde muy niña Hilda se dedicó a trabajar y, paralelamente, completó sus estudios en el Liceo de Niñas, demostrando que con esfuerzo todo se podía lograr. Por lo mismo, inculcaba a sus hijas la necesidad de trabajar sin dejar de lado su hogar.

“Mi mamá siempre estaba alegre, andaba tirando tallas por todos lados, era muy difícil hacerla enojar. Pero si se enojaba era bien complicada. Para mí era una amiga, porque estaba muy preocupada de todas nosotras, ella decía que nunca había que dejar de trabajar, pero la casa no podía dejarse de lado. Ella nos aconsejaba en todo, en temas de pareja si era necesario, estaba siempre”, contó Denisse.

APOYO A LOS HINCHAS CANARIOS

Aunque en más de alguna oportunidad sus hijas la acompañaron al estadio, quien heredó esa pasión casi inexplicable para el que no la siente fue su hija María, a la que incluso le permitió hacerse un tatuaje solo porque tenía el diseño de San Luis.

Como familia vivieron durante varios años en calle Bulnes, a pasos del estadio. Y el amor que sentía Hilda por el club era tal que siempre apoyaba las causas solidarias e incluso entregaba un aporte económico a la barra “Ultra Kanaria”, dato que su familia supo hace pocos días.

“Cuando los niños tenían que viajar siempre los apoyaba y si quedaban botados en algún lado les depositaba plata para que pudieran volver, por eso siempre la querían. Ahora incluso nos enteramos que en alguna oportunidad hasta fianzas pagó, solo porque eran sus niños de San Luis”, dijo Denisse.

Desde siempre Hilda intentó estar cerca de su equipo. Por dicha razón, hace unos años y cada vez que era necesario, renovaba su carnet de socia. Pero cuando comenzaron los abonos cada año los renovaba para tener la posibilidad de asistir al estadio.

REPENTINO FALLECIMIENTO

Si bien Hilda Encina sufría de hipertensión, su salud no presentaba mayores problemas a pesar de que fumaba varios cigarrilos al día, lo cual nunca pudo dejar. La tarde del martes 19 de noviembre, mientras se encontraba en su trabajo en Limache en una empresa que vende carbón, habló por teléfono con su hija Denisse.

Y aunque todo parecía bien, Hilda le comentó que tenía mucho calor y que se daría una ducha. Luego de unas horas su hija María recibió el llamado del jefe, quien le comentó que su madre no se encontraba bien y que era necesario que la fuera a buscar.

“Yo llegué a buscarla y estaba tirada en un sillón, como ida, solo me dijo que le dolía mucho la cabeza. De inmediato decidí llevarla al Hospital de Limache, ahí me dijeron que había que entubarla y luego trasladarla a Viña, porque mi mamá había sufrido un accidente cerebrovascular”, narró María.

“Al llegar a Viña le hicieron exámenes y decían que quizás se podía operar, pero después de ser enviada a Valparaíso, nos dijeron que no era posible, que no había mucho que hacer, el daño había sido mucho, porque había empezado varios días atrás”, agregó.

Fue así como la tarde del jueves 21 de noviembre, luego de estar por casi tres días en la UCI del Hospital Gustavo Fricke, Hilda Encina de 56 años falleció. Posteriormente, su cuerpo fue llevado hasta su hogar en calle Bulnes, donde cientos de personas la acompañaron mientras los hinchas sanluisinos le hicieron una gran despedida.

Incluso, la noche del jueves un grupo de hinchas la esperó a las afueras de su hogar con banderas, fuegos artificiales y bombos, dándole el último adiós a esta querida hincha canaria.

Tras un responso, el cuerpo de Hilda fue llevado hasta el parque de Concón, donde su cuerpo será cremado tal como ella les había pedido a su familia, quienes además esperan tener consigo pronto su ánfora para llevarla al próximo partido de San Luis, en el Estadio “Lucio Fariña Fernández”.

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